LLEGÓ LA HORA
LA IMPROVISACION E IMPREVISION FRENTE A UN
FENOMENO NATURAL
“El político se
convierte en estadista, cuando comienza a pensar en las
próximas generaciones y no en las próximas elecciones”.
Winston Churchill
Mirna Santos
La tormenta tropical Noel
que ha azotado el país desde el pasado fin de semana,
secuenciada por una onda tropical originada este miércoles en
el Canal de la Mona, ha puesto sobre el tapete varias
interrogantes.
Tenemos la Ley 147-02 Sobre
Gestión de Riesgos, promulgada el 22 de septiembre del 2002 por
el Gobierno del Ing. Agron. Hipólito Mejía, que creó unos
protocolos de acción del país frente a un fenómeno natural, que
está ligado a los convenios internacionales para adoptar los
niveles de contingencia necesarios en caso de desastre, pero no
se aplican o no se conocen.
El Gobierno cuenta con un
presupuesto de 1,616 millones de pesos acumulados, producto del
1.5% que le otorga la ley para asistir con planes sociales a la
población, que pueden ser utilizados en esta tragedia donde no
sólo se han extinguidos incontables vidas humanas, si no también
cuantiosas pérdidas en la producción agrícola y en obras de
infraestructuras, como carreteras, puentes, casas, etc., que han
sido dañadas o han perecido frente a este fenómeno natural, y el
Gobierno obviando que posee estos fondos se destapa diciendo que
otorgará 100 millones de pesos para hacerle frente a este
desastre.
En el pasado fin de semana,
los organismos responsables de establecer las contingencias
frente a los fenómenos naturales que se puedan producir, como
Meteorología y Defensa Civil, pudieron tomar las previsiones de
lugar, porque desde el Centro de Huracanas de la Florida se
anunció desde el mediodía del domingo 28 que esta Tormenta
Tropical Noel azotaría con acumulaciones adicionales de lluvia
de 5 a 10 pulgadas y que “en la Hispaniola se espera que estas
lluvias causen peligrosas inundaciones repentinas y
deslizamientos de lodo con arrastres de ríos e imprevistos”.
Pero los/as funcionarios/as responsables de tomar las medidas
de contingencia contra este desastre que se avecinaba, andaban
caravaneando, dejándose ver del Presidente-Candidato en ver de
atender sus responsabilidades, que hoy se refleja en la gran
pérdida de vidas, en los sectores mas vulnerables, que son los
pobres, que no podrán ser recuperadas.
Hoy las vidas humanas que
lamentamos, que hasta la conclusión de este artículo llegan a
79, atendiendo informes oficiales, de 41 muertos y 38
desaparecidos, hubiéramos podido evitarlas, con operativos de
alerta a la población, a través de los medios de comunicación y
otros mecanismos, que pudieron haberse utilizado, como lo manda
la Ley 147-02, en sus acápites sobre políticas de gestión de
riegos que establece “evitar o reducir la pérdida de vidas y los
daños que puedan ocurrir sobre los bienes públicos, materiales y
ambientales de ciudadanos, como consecuencia de los riesgos
existentes y desastres de origen natural o causados por el
hombre que se puedan presentar en el territorio nacional”.
Eso no lo hicieron nuestras
autoridades responsables de alertar primero a la población para
que pudieran tomar las previsiones de lugar y luego utilizar
todos los métodos coercitivos que la ley le permite, para
desalojar de las zonas vulnerables que podían ser afectadas por
este fenómeno natural si hubiese sido necesario, al igual que
poner en cadena todas nuestra emisoras de radio y televisión,
para anunciar este desastre que se avecinaba, en vez de utilizar
estas emisoras para pasar el encuentro del Presidente con los
Directores de determinados medios de comunicación en el Palacio
Nacional que fueron invitados, para tratar de justificar el
préstamo de 130 millones de dólares tomados a través de la Sun
Land, que es origen de grandes debates nacionales sobre su
legalidad.
La participación ciudadana,
era y sigue siendo importante movilizarla, y lo saben nuestras
autoridades, que contamos con voluntarios en la Defensa Civil,
Cruz Roja, Bomberos Municipales, Juntas Vecinales, Clubes
Deportivos y Culturales, que poseen la devoción y la entrega,
aunque no se les haya provisto de recursos ni de las
herramientas indispensables para poder actuar con presteza.
Estos no son momentos de
prepotencia, altanería o de actitudes fundamentalistas de parte
de los funcionarios del Gobierno. Estos son momentos de
apertura, de participación ciudadana, de recursos de parte del
Gobierno, sin demagogias ni actitudes politiqueras. El Gobierno
tiene que aceptar que sus funcionarios fallaron y que si hoy
vivimos este desastre, es el producto de la falta de previsión y
de improvisación.
En el año 1998, con el paso del Huracán
George, por imprevisión también y por falta de información, de
las autoridades peledeístas de ese momento se ahogaron cientos
de ciudadanos y ciudadanas en la Mesopotamia del Sur, con el
desagüe de la presa de Valdesia, Y hasta la fecha no se conocen
las estadísticas de la cantidad de gente que perecieron, parece
que ahora, vamos en esa misma tesitura, de reservarse las
autoridades, la cantidad de muertos, para no cargar con la
responsabilidad de no haberse tomados las previsiones de lugar y
no sancionar a los que debían dar las voz de alarma, y pensamos
que eso es adoptar una posición demagógica e indolente, frente a
la población. El pueblo espera que los muertos tengan
dolientes.
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