DISFRUTAR LO QUE SOMOS Y TENEMOS

  07 de Febrero  de 2008

Nos afanamos por viajar fuera de nuestro país. Queremos ilusionarnos con lo ajeno y no disfrutamos lo que somos y tenemos.

Salir un fin de semana puede ser un perfecto desestresante y un motivo para convertirnos en críticos de realidades.

Al emprender un viaje en grupo a Samaná tomé cámaras y libreta y comparto con ustedes esta vivencia. El ojo del periodista ve más que lo trivial, ve los sentimientos, ve lo humano...

Dos aeropuertos, hoteles de lujo, ballenas, isla adyacente, localidades turísticas, cuevas atractivas, lanchas, puerto...ellos tienen su pequeño mundo resuelto con todos estos atractivos y tienen un comercio basado en esto y no les faltan sus cocoteros para ofrecer una variada y exquisita culinaria con recetas tan populares como el famoso "Pescado con Coco" que tanto gusta, qué más pueden pedir...

Pero también tienen sus punzantes realidades porque siempre habrá un punto desigual, si bien es cierto que nuestros políticos osan con el hecho de querer "acabar con la pobreza", es pura quimera.

Siempre habrá aquellos que se consideran pobres porque no tienen bienes materiales y por eso se estancan y prefieren que se los den todo, hay quienes no tienen nada y lo tienen todo porque el deseo de progresar y su esfuerzo los llevan a convertirse en batalladores del sistema socio-político actual, hay quienes tienen todo y no lo disfrutan por estar interiormente vacíos y en esa falta busca acumular riquezas que podrían bien distribuirse para los demás y hay quienes tienen todo y pierden la ilusión de vivir sumergidos en la inercia...hay desigualdad en todo porque la pobreza es un estado espritual.

¿Dónde está el punto de equilibrio?

Disfrute de lo poco que tienen en vienes, disfrute su país aún con las precariedades que cree que tenemos, hay bellezas que están ante nuestros ojos y nos cegamos en los problemas, disfrute del calor de la gente más cariñosa que tiene el mundo y si siente que su país lo necesita comience a obrar para mejorar su entorno, ¿sabe por qué?

Porque si se sienta a esperar las promesas politiqueras se sentirá decepcionado y eternamente vivirá toda la vida culpando a quienes se han asignado una meta imposible de lograr y una lucha en un mal cuya cura radica en el interior de cada quien.

Disfrute lo que es y lo que tiene.