Los periodistas también llaman a EDENORTE

Ultima Actualización: miércoles, 12 de marzo de 2014. Por: Luis Henriquez Canela

“También, para que no los sometan, llaman algunos periodistas”.

Ante la pregunta hecha a los ejecutivos de EDENORE por parte de uno de los periodistas que asistió al encuentro con la prensa de Puerto Plata, de por qué los circuitos 24 horas estaban sufriendo apagones, me sorprendió la respuesta vehemente, casi  suplicante que emanó de la propia voz de uno de esos altos funcionarios.  
 
Algunos de los usuarios de esos circuitos–dijo- no están pagando la energía. Si a un circuito se le sirve determinada cantidad de megas y se recupera solamente un porcentaje, significa que algunos están haciendo trampa. Algunos no están pagando.  Lo que realmente llamó mi atención fue la forma, el tono; noté, no sé si los demás lo habrán hecho, una especie de desesperanza en esa respuesta, como quien dice; cómo, de qué forma vamos a cobrarla.  Esa actitud de desamparo, de derrota, de entrega, hasta de dependencia, diría, me resultó absurda. 
 
La Ley No. 186-07 que modificó la Ley General de Electricidad No. 125-01 da poderes coercitivos a las entidades de distribución de energía. En el Título VIII de dicha Ley donde se reglamentan las  “Disposiciones Penales”, específicamente en la Sección II,  Artículo 125, apunta que: “Será acusado de fraude eléctrico, el que intencionalmente sustraiga, o se apropie de energía eléctrica, para su propio beneficio o el de terceros, mediante uno cualquiera de los siguientes medios: a) Manipulación, instalación o manejo clandestino de medidores y/o acometidas, y cualquier otro elemento material de la red de distribución; c) Conexión directa al sistema de suministro de energía eléctrica, sin que haya un contrato previo de servicio con la empresa distribuidora, salvo falta imputable a la distribuidora… etc.
 
Sigue señalando la ley que el fraude eléctrico será sancionado con prisión y multa, dependiendo de la escala del fraude, la prisión va desde tres días hasta tres años y las multas desde tres, hasta cinco mil salarios mínimos. 
 
Dado el alcance extremo de ese instrumento jurídico, me resultó muy extraña la forma casi suplicante con la que los directivos de esa entidad solicitaban a los usuarios, vía el encuentro con la prensa, que paguen la energía. 
 
Otro de los asistentes preguntó el porqué de la larga tanda de apagones en las localidades de la parte oeste de Puerto Plata, por ejemplo en Altos de Cofresi, San Marcos, Loma de la bestia, Loma Isabel de Torres, etc., a lo que uno de los ejecutivos respondió que el cobro rondaba solamente el 60 por ciento de la energía servida en ese circuito y por eso se veían precisados a cortar el servicio. 
 
Hablando fuera del encuentro con uno de ellos, pregunté cómo podía ser posible que EDENORTE, contando con un instrumento jurídico que se basta a sí mismo no pudiera cobrar el servicio que ofrecía. La respuesta fue que ellos envían brigadas a revisar casa por casa y que cuando cortan el servicio tomado de manera fraudulenta, media hora después los residentes en esos sectores vuelven y se conectan. No hay forma de mantener el orden, dijo, y siguió apuntando; “muchas veces solicitamos autorización para ir por las noches con los miembros del ejército y los fiscales y lo que nos hacen es que nos caen a tiros”. “Las turbas nos agreden como si nosotros fuéramos los que nos estuviésemos robando la energía”.  
 
No me sorprendió cuando dijo: “cuando los sometemos a la justicia, de inmediato llama alguien de influencia para que los suelten”, en este punto pensé en los políticos que nos gastamos para los que no hay violación a ninguna ley cuando se trata de acólitos, de partidarios. Aquí, pensé, por muy extrema que sea la violación, ser miembro del partido en el poder en un determinado momento histórico, es una especie de patente de corso. 
 
Quedé sorprendido, lo admito, cuando me dijo casi al oído, casi en un soplo: “también, para que no los sometan, llaman algunos periodistas”.
 
Parte importante del endeudamiento externo de este país, se lo ha llevado ese desorden en el cobro, apadrinado por todos nosotros. Debemos sentarnos a poner orden y, si no, estaremos cada día más endeudados y seremos más pobres.