En los últimos días, quienes tenemos el privilegio de leer en cualquiera de los medios de comunicación impresos o digitales, nos encontramos con la información que da a conocer el respaldo de diferentes organizaciones al procurador general de la República en su lucha contra la corrupción.
Es como si fuera un paso al frente en la lucha contra la impunidad y ante la dejadez de muchas de nuestras autoridades en poner a funcionar las leyes que tratan sobre el desfalco y corrupción en la administración pública.
Al parecer, de nada valen las denuncias y exigencias que por muchos años vienen reclamando organizaciones y sencilla gente del pueblo que ven como muchos “políticos” se vuelven ricos de la noche a la mañana.
Instituciones con un peso social, político y económico como el Consejo Nacional de la Empresa Privada CONEP y ahora se suma la Asociación de Empresas e Industriales de Herrera AIEH, cuyo presidente sostiene que “Robar recursos del Estado, equivale a impedir que haya medicinas y atenciones en los hospitales, inversión social para superar la pobreza, disposición de fondos para contar con mejores servicios y calidad de vida”
Antes, personalidades como el Arzobispo de Santiago monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio había dado públicamente su apoyo al procurador Domínguez Brito y la lucha contra la corrupción.
Como ellos otros, que esperan con no tanta paciencia, poner los mecanismos judiciales en ejecución y se tome en cuenta que la Ley es para todos y nadie está por encima de ella.
Pasos al frente, para reclamar de nuestras autoridades ejecutar, poner en práctica lo que la misma Ley manda en contra del robo, prevaricación, asociación de malhechores y corrupción en perjuicio del Estado.
No nos quedemos callados. Reclamemos, demandemos, alcemos nuestras voces reclamando justicia.
Esperemos el desarrollo de los acontecimientos, que parece van a ser muy buenos en el país.
Un paso al frente es correcto en estos reclamos. Lo que nos preocupa es, que muchos de los que hoy alzan sus voces, permanecieron indiferentes y en silencio cuando el Dr. Guillermo Moreno hizo entrega de su querella. ¿Se acuerdan?