Debido a la descomposición social y a la falta de consecuencias, muchos sostienen que es más fácil robarse la luz, que pagarla religiosamente. Otros, que es más fácil robar y hacerse de dinero rápido, sin tener que trabajar, que levantarse bien temprano a vender té o café.
Es más fácil dar un clic o un “me gusta” por la foto de un bello amanecer, que dar el mismo clic, con el mismo dedo, cuando se le pide indicar su parecer sobre la lucha contra la corrupción y la impunidad.
Es más fácil vivir siempre de bufón, alabardero, “asesor” o lambiscón –en nuestros barrios dicen lambón-, que estar a expensa de un director o administrador que en la mayoría de las veces no ha realizado un sexto curso.
Siempre será más fácil, nadar a favor de la corriente…dejarse llevar por ella, porque lo contrario significa esfuerzo, movimiento, constancia y mantenerse despierto.
Es muy fácil, agradable y tiene hasta mejor aceptación encontrar todo bien, respecto a lo que hagan y digan las autoridades, por ser lo que son…”autoridades”
Y a las “autoridades” no se les puede cuestionar ni exigirles o demandarles el cumplimiento de la Ley.
Es más fácil permanecer en silencio, indiferente, obviar los temas que tengan que ver con desfalcos, robos, saqueos y desmanes que se cometan contra el pueblo y sus instituciones, que contribuir a sus denuncias y querellamientos.
¿De qué sociedad desarrollada me habla usted, cuando permanece callado, temeroso e indiferente ante esos males contra los que usted mismo sabe que hay que luchar hasta erradicarlos?
¿Qué ejemplo cree da a su familia, a sus hijos?
Es más fácil respaldar un chiste, un desnudo, una morbosidad, un hermoso paisaje, una flor…un buen bolero!
Es un tanto difícil ponernos donde “el capitán nos vea” y exigir justicia, un basta ya a la corrupción e impunidad imperante.
¿Notan ustedes que lo fácil es eso, fácil? Apostar a lo fácil perjudica grandemente a la sociedad.