Ayer estuve conversando con un amigo sobre pólizas de
seguros y me sorprendió una afirmación que me hizo. A pesar de que somos
amigos desde hace algunos años, nunca le había hablado de seguros y en
esta ocasión se me ocurrió preguntarle. Resulta que tiene dos empresas
medianas, varios vehículos, dos docenas de empleados y sus seguros los
suscriben directo con una aseguradora, es decir, me dijo que
el gerente del banco al que pertenece esa aseguradora le propuso venderle las
pólizas y él se las compró.
Me sorprendió su respuesta porque para un empresario ni para
nadie es bueno hacer el negocio de seguros directo. La primera razón es que el
corredor de seguros es quien conoce a profundidad los contratos de seguro y,
por lo tanto tiene sobrada capacidad para defender a su cliente. Lo segundo es
que la intermediación no encarece el producto, muy por el contrario, el
cliente tiene el beneficio de recibir varias ofertas de varias aseguradoras
cada vez que vaya a adquirir un nuevo producto de seguros o vaya a renovar.
Eso hace que pueda obtener mejor precio y mejores condiciones. Lo
tercero es que estando directo con la aseguradora es el mismo cliente que debe
hacer sus propias diligencias para auto gestionarse la indemnización.
En caso de accidentes automovilísticos en los que hay
terceros involucrados, los clientes pasan muchísimo trabajo porque no tienen a
nadie que los guíe durante el tortuoso camino hacia la indemnización. Los
accidentes de autos con motocicletas están a la orden del día, se dice
que el 80% de los accidentes automovilísticos involucran una motocicleta y es
ante esa realidad que el asegurado debe tener un buen intermediario que conozca
tanto el contrato de seguros así como las leyes a aplicar.
Un intermediario con conocimiento sobre los contratos de
seguros y las normas legales vigentes en materia de indemnizaciones es una
joya. Quien no usa intermediación en seguros, pierde el valor agregado más
preciado que es el del acompañamiento y la asesoría oportuna, sin costo.
El corredor conoce la letra pequeña, la grande y los
caminos para que la aseguradora honre el compromiso en el mínimo de
tiempo.
Finalmente le exhorté a ese amigo que utilice los servicios
de un intermediario para que deje de ser un número más y se convierta en un
nombre con su apellido