El match de la impotencia entre Adompretur y Ashonorte

Ultima Actualización: lunes, 15 de febrero de 2016. Por: Luis Henriquez Canela

(No es crítica lo que hago, dilucido un sentimiento muy profundo por Puerto Plata, una impotencia, un desamparo; la desabrida orfandad que los ahoga).

A raíz del suceso acontecido en PuertoPlata la semana pasada con el lamentable deceso del turista alemán, se produjoun encuentro entre con el director del Cuerpo Especializado de SeguridadTurística, general Juan Carlos Torres Robiou. Estuvo presente el gobernador IvánRivera, el viceministro Julio Almonte, hoteleros y turoperadores.

Leí parte de lo acontecido en esa reuniónmediante la nota escrita por el dilecto amigo Manuel Emilio Gilbert, presidentede la Asociación Dominicana de Prensa Turística (Adompretur), filial PuertoPlata. En sus observaciones, el veterano periodista informa sobre “lasimputaciones calumniosas”, “la agresión verbal perpetrada en contra deAdompretur y los demás comunicadores puertoplateños”,  proferidas por nuestro también amigo Luis Liriano,gerente del hotel Be Live Grand Marién y presidente de la Asociación de Hotelesdel Norte (Ashonorte).

Manuel Emilio dice que Liriano “acusó a losperiodistas locales de no saber escribir, de no haber hecho un enfoque correctodel asesinato…”, “ni evitar que las personas que tomaron fotos y videosmientras yacía en el suelo…” “las subieran a las redes”.

Apunta la nota, además, que “la reunión fueterminada intempestivamente (ya que) decidió encarar con firmeza a Lirianodelante de todos los presentes, porque no se podía dejar sin respuesta eseataque aleve”

A mi modo de ver, frente a nosotros tenemoslos resabios propios de un dolor profundo producto de un hecho que pone enpeligro el trabajo de años y el futuro de un pueblo. Esa discusión, esas palabrasproferidas por el hotelero y la respuesta del periodista, denotan en sí mismasuna profunda preocupación por la situación que nos ha tocado vivir.  Manifiestan la insondable desolación que losarropa. Ambos demuestran que aman a Puerto Plata, ambos  han expresado palabras de impotencia ante elhecho lamentable. Triste es la realidad, pero es la realidad.

Dentro de las etapas del duelo nosencontramos primero con la negación, es donde el ser humano se niega areconocer lo sucedido, es una especie de bloqueo emocional. Es, ciertamente,una especie de autodefensa ante lo irreversible. La segunda etapa es la aceptacióndel hecho, la tercera, es donde se liberan las emociones y se expresan todoslos sentimientos que se sienten en el duelo.

Para mí, esos resabios intempestivos tienenque ver con la tercera etapa del duelo. Sienten tanta impotencia, que hanliberado sus energías y literalmente, explotado. Hartos los dos de tantasdesgracias que se han estado interponiendo ante el esperado renacimiento del turismoen Puerto Plata, se han enfrascado en una dicotomía verbal insustancial.

No es crítica lo que hago, dilucido unsentimiento muy profundo por Puerto Plata, una impotencia, un desamparo, la desabridaorfandad que los ahoga, que nos ahoga a todos. Han dejado brotar esosrecónditos impulsos perturbadores de la manera más natural y humana. 

Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, decía,que cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con lapersona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósitojusto y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.

Y como no es tan sencillo, vamos a echarleun poco de agua al vino y a comenzar de nuevo a afrontar con nobleza tal y comoambos lo hacen, los trabajos para continuar limpiando el patio, tratando deevitar que nuestros clientes se dirijan a otros destinos debido a lainseguridad.

Esos profesionales son dos líderescomunitarios natos, dos ciudadanos excepcionales que con sus exposiciones handemostrado lo mucho que le duele esta tierra. Dejemos eso atrás y vamos acontinuar trabajando, es el mejor aporte que se le hace a la familiapuertoplateña.   

Si cabe aquí dar gracias y si Puerto Plata,aunque sea por un segundo, me endosa el poder de hablar por ella, quiero demanera muy humilde pedir Manuel Emilio y a Luis Liriano que se lancen un ramode olivo porque esa discusión no tiene porvenir.

A trabajar, pues.