Turismo sostenible: un desafío para el país

Ultima Actualización: lunes, 02 de julio de 2018. Por: Ariel Heredia Ricardo

Nuestro país, como una de las primeras potencias turísticas del Caribe, debe tomar la iniciativa, servir de ejemplo de turismo sostenible e inclusivo.

arieldhr36@outlook.com

 

La preocupación por el Medio Ambiente que se desprende de la elección por la Naciones Unidas, tiene sus raíces en los estudios de los economistas clásicos del siglo XIX. Estos analizaron los límites al crecimiento económico fruto de las limitaciones impuestas por la escasez de recursos naturales.  

 

Ya en el siglo XX, tanto el Informe Meadows (1972) como el Informe Brundtland (1987) pueden ser consideradas las primeras aportaciones técnicas modernas sobre los límites al crecimiento económico. Gracias a sendos textos pudimos tener conciencia de que las tendencias generales del aumento de la población, la industrialización, el nivel de contaminación ambiental, la producción de alimentos y el consumo de recursos naturales no son sostenibles a largo plazo, por lo que se requiere una acción coordinada y global que permita alcanzar el equilibrio entre la actividad económica y el medio ambiente que son las piezas claves del concepto de turismo sostenible.

 

Hablar, escribir o hacer un documental de turismo sostenible no es abordar un concepto de moda, es internarse en la permanencia de una industria que, si bien es cierto no ostenta humo ni chimeneas, es la generadora de riqueza con mayor crecimiento, no solo en los países de primer mundo: El turismo, la actividad económica que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) en República Dominicana, según datos de la Organización Mundial de Turismo (OMT).

 

La OMT afirma que “el desarrollo del turismo sostenible responde a las necesidades de los turistas y de las regiones anfitrionas presentes, a la vez que protege y mejora las oportunidades del futuro. Está enfocado hacia la gestión de todos los recursos de manera que satisfagan todas las necesidades económicas, sociales y estéticas, y a la vez que respeten la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de soporte de la vida.”

 

La sostenibilidad turística debe partir de la preservación, no solo medioambiental, sino económica, social y cultural. De acuerdo con la Carta de Turismo Sostenible para la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible en Lanzarote, España1995, la sostenibilidad tiene diferentes caras.

 

Sostenibilidad Ecológica: El desarrollo turístico debe ser en todo momento apropiado para la capacidad del medio. En este sentido, se suele destacar el concepto de capacidad de carga precisamente como aquella capacidad del entorno más allá de la cual éste no es capaz de soportar los impactos que los turistas provocan.

 

Sostenibilidad Medioambiental en destinos turísticos emergentes: En los nuevos destinos, las infraestructuras de alojamiento deben diseñarse desde un nuevo modelo de interacción con el medio.

 

Sostenibilidad medioambiental en destinos turísticos maduros: Es en este tipo de destino donde es más necesario introducir políticas de ayuda y recuperación de los espacios turísticos, regenerando lo deteriorado por el mal uso y la carencia de una planificación previa.

 

Sostenibilidad socio-cultural: El diseño del producto turístico debe tener en cuenta la identidad cultural de la zona en que se sitúa y debe relacionarse con la población originaria del destino, para que ésta participe de sus beneficios y se implique en su mantenimiento.

 

Sostenibilidad económica: La eficacia en términos económicos de la actividad turística de una zona será la garantía de desarrollo y del aumento de la riqueza y del bienestar social de un destino, siempre que la obtención de resultados no se plantee como meta inmediata y temporal, hipotecando beneficios futuros.

 

El estudio unificado de la relación entre empresa, turismo y medio ambiente se encuentra todavía en sus comienzos. Es necesario profundizar mucho más en la naturaleza de esta relación y en el análisis del papel de la empresa no solo como motor de empleo en la industria turística sino también, y de manera importante, como factor determinante en la conservación del medio natural y la inclusión social.

En este sentido, es evidente que una empresa turística que no respete el medio natural y las realidades locales sobre las que se fundamenta buena parte del atractivo de los servicios que ofrece no solo provocará efectos devastadores en el medio ambiente y en la población local, sino que también sufrirá en el plano competitivo, viendo peligrar en el medio y largo plazo su modelo de negocio.

 

Por tanto, es necesario fomentar la investigación que estimule el debate sobre los límites del crecimiento en el ámbito turístico y empresarial, mejorar la sensibilidad de empresas, ciudadanos, gobiernos e instituciones y capacitar a los alumnos de las facultades de Turismo para que tengan conciencia de la importancia de la gestión turística inclusiva y medioambientalmente sostenible.

 

Nuestro país, como una de las primeras potencias turísticas del Caribe, debe tomar la iniciativa, servir de ejemplo de turismo sostenible e inclusivo y no dejarse llevar por la autocomplacencia de unos datos coyunturalmente favorables. Hay mucho por hacer y el marco inigualable para demostrar que estamos a la altura del desafío que se nos plantea.

 

Las iniciativas para implementar y mercadear destinos y productos turísticos sustentables suelen tener un origen comunitario en nuestro país. La comunidad se involucra en los procesos, con el apoyo de entidades relacionadas al sector. Actualmente, la DSTA asesora y otorga fondos a unos seis proyectos cibaeños que combinan particularidades naturales únicas con bajo impacto medioambiental.

 

En Jarabacoa se encuentran el Complejo Ecoturístico Sonido del Yaque, la Galería de Arte y de Gestión Comercial de la Artesanía MWVA, el Desarrollo Ecoturístico del Salto de Jimenoa I y el Complejo Ecoturístico Angostura. En Bonao se están desarrollando los trabajos del Complejo Ecoturístico Río Blanco.