En el cuatrienio del 1990-94 fui testigo de excepción de un esfuerzo titánico de la sindicatura de Puerto Plata, por primera vez en manos del PLD incipiente, con el Dr. Segundo Santana de síndico.
Wadi Musa y yo, entre otros prestigiosos ciudadanos, eramos Regidores.
Aseguro que no había color partidario en esa sala capitular; desde el primer día fuimos todos iguales.
Mi partido en ese entonces (PRSC), en el gobierno, fue indolente e insensible, creando un enfrentamiento estéril con el gobierno municipal.
Nada apoyaba.
El pueblo pagó por ello.
El Síndico Santana, del PLD, salió "desmeritado, en bancarrota, y sin su clientela profesional". PERO, INSISTO, EL PUEBLO SUFRIO MUCHISIMO MAS POR ESE ENFRENTAMIENTO.
Espero no ver reeditada esta situación, 30 años después.