A las puertas de la extinción humana

Ultima Actualización: jueves, 07 de mayo de 2020. Por: Artículo Invitado

Por: Manuel Frías

Con la llegada del COVID-19 a nuestras zonas de confort, la humanidad enfrenta la batalla más grande de su historia; y porque no, la guerra que prácticamente atenta a nuestra existencia por completo.

Aunque hemos tenido pandemias que han borrado inmensidades de cantidades de personas en el pasar de los tiempos, no podemos determinar si es la misma naturaleza que está equilibrando la balanza humana/naturaleza o somos nosotros mismos los creadores de nuestra posible extinción.

Lo cierto es, que cada paso que damos en batalla contra este nuevo virus es un paso de aprendizaje para la humanidad, la cual no estaba preparada en términos globales ante una pandemia de esta magnitud.

La naturaleza tiene su forma de evolucionar y traer a la vida lo necesario para mantener su ciclo evolutivo, donde involucra desde nuevas tierras o islas, hasta nuevas especies animales, las cuales evolucionan junto al ciclo de la naturaleza misma.

No obstante, los seres humanos evolucionamos de manera diferente y poseemos un ciclo evolutivo muy distante al de la naturaleza. A pesar que reproducirnos es parte del ciclo de la vida y la vida es parte de la naturaleza, nuestra población busca otro tipos o mecanismos de evolución, para mantenernos como los reyes del reino animal y aunque en estas circunstancias, el virus nos ha demostrado que tan frágiles somos, la humanidad busca no perecer bajo este nuevo fenómeno de salud.

Durante años estamos en espera de la tercera guerra mundial, la cual esta bautizada por expertos como la culminación de nuestra existencia y la que borraría tres terceras parte de la población mundial actual. Pero no solo es la espera de tan profetizada guerra; también está el hecho de que un meteorito pueda impactar nuestro planeta y volvernos a la época de las cavernas, borrando todo rastro tecnológico y evolutivo que hemos adquirido en estos últimos cien años.

Este pasado 29 de abril, pasó el meteorito 1998 OR2, descubierto en este mismo año y que cruzó literalmente cerca, a unas 16 veces la distancia de la luna o unos 6,28 millones de kilómetros. Este meteorito de más de 4,1 kilómetros de ancho y unos 1,7 kilómetros de largo, no volverá a cruzar por nuestro vecindario en más de 200 años, pero él no es el único que orbita en nuestro sistema solar y que tenga esa inmensidad en tamaño, hay más grandes y que aún no se han descubierto sus trayectorias, porque tienen tanto tiempo en movimiento que no se sabe si volverán o no.

También está el caso de los Cometas y la posibilidad de que uno impacte la tierra como el Cometa Shoemaker-Levy 9, el cual se fragmento por su paso por el sol en 26 pedazos y se estrelló con el planeta Júpiter en el verano del 1994, dejando clara evidencia de que eso puede suceder a nuestro planeta en un futuro.

La extinción humana ha sido representada en diferentes películas de ciencia ficción y en películas donde las guerras han predominado en la pantalla, pero si estamos claros de que este proceso que estamos viviendo en la actualidad con el COVID-19 nos está llevando paso a paso a la extinción humana, si no logramos con la tecnología de punta, tener una vacuna disponible en menos de 6 meses, donde lo habitual una vacuna se obtiene con más de un año de trabajo e investigación.

Dicen los expertos que la tecnología actual no la hemos aprovechado al máximo y entiendo que este es el momento para aprovechar el cien por ciento de dicha tecnología, y de los avances médicos y clínicos que la humanidad posee; de esta manera podemos combatir la extinción de la humanidad que estamos observando desde nuestras casas, la cual avanza lentamente, pero cobrando centenares de vidas en su trayecto.

Las naciones y sus gobernantes, además de los organismos internacionales y el sector de poder mundial, deben entender que, si la población mundial desaparece ellos también a su tiempo lo harán, a menos que ya tengan un plan de contingencia ante esta gravedad.