Nuestro Crecimiento Urbano: un Atropello Social

Ultima Actualización: lunes, 26 de abril de 2021. Por: Roque de León B

Si quiero hablar del Sistema de Crecimiento Urbano debo remontarme a cinco mil años atrás aproximadamente.

Si quiero hablar del Sistema de Crecimiento Urbano debo remontarme a cinco mil años atrás aproximadamente, pero en este artículo sólo quiero referirme al desorden creado a la sociedad de manera consciente o inconsciente por los que se hacen llamar "urbanizadores" que son responsables de hacer las instalaciones para brindar los servicios requeridos y posteriormente hacer las construcciones planeadas en un terreno que pasará a ser habitado.

Igual responsabilidad recae sobre las autoridades que tienen el deber de garantizar que los trazos e instalaciones así como el orden de las edificaciones levantadas en esos conglomerados que llamamos urbanizaciones, sean los correctos.

Ambos cargan con los daños ocasionados al medio ambiente los primeros porque no respetan: montañas, cañadas, riachuelos, ríos, océanos, manglares o cualquier otro recurso natural de igual manera con las malas instalaciones, sobre todo las sanitarias que contaminan todo el entorno; los segundos, lo permiten y además propician la contaminación y arrabalización con la construción y el desarrollo de los sectores marginales sin ningún tipo de planificación e instalaciones de servicios.

A eso tenemos que sumar el hecho de que las urbanizaciones tienen "estándares" y sus trazos e instalaciones son planificados, diseñados, aprobados, controlados y supervisados pero resulta que estas no cuentan con: las áreas verdes e instalaciones de recreación que manda la Ley, calzadas apropiadas, aceras y el Parqueo, es la calle.

En estos lugares que llamamos "urbanizaciones" regularmente son definidas las áreas: comerciales, residenciales de uno, dos y más niveles pero estos son irrespetados ante la mirada cómplice, complaciente e indiferente de las autoridades correspondientes.

Nuestro sostenido, galopante y desordenado crecimiento urbano inició a finales de los años 70's y principios de los 80's con el auge de la Industria del Placer y la Hospitalidad.

Ese crecimiento desordenado fue generado por el éxodo de nuestros habitantes de los campos y desde otras provincias en búsqueda de mejor calidad de vida así como de ciudadanos y habitantes del mundo tras oportunidades de inversión y otras intenciones.

Cuando no existe la concienciación necesaria en los ciudadanos y sus autoridades, el crecimiento se convierte en un gran negocio y beneficio para un reducido grupo de oportunistas y en una tragedia irreparable para la mayoría.

Mientras una parte de los oportunistas aprovechan las debilidades de nuestras autoridades, en ocasiones son parte de ellas, y construyen urbanizaciones que son un peligro público con una sola entrada y salida, no les proporcionan la facilidad del servicio de agua potable a una gran parte de los adquirientes, no tienen sistema de recogida de aguas fluviales y las calles por su diámetro parecen coloniales; otros las hacen sin inclinación para las aguas residuales como es el caso de la calle Otilio Mirabel en la Urbanización Atlántica de Puerto Plata.

Los resultados de esas urbanizaciones construidas sin ningún tipo de supervisión y recibidas por las autoridades sin un modelo de control es que se convierten en carga pagada y sustentada con los recursos del pueblo.

En cuanto al crecimiento urbano en sentido general provoca deficiencias en renglones tan vitales como: alimentación, salud, educación, habitaciones, transporte y organización del tránsito, empleo, seguridad, justicia, entre otros.

En definitiva, para enfrentar de manera eficaz este fenómeno del crecimiento urbano sin planificación ni control, necesitamos ciudadanos y autoridades enfocados en interiorizar y aplicar en la práctica una urbanidad responsable y comprometida.

ROQUE J. DE LEON B. (MAE)
DIPLOMADO EN TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL
MIEMBRO DEL: SNTP Y SINLOPP