Algunos han querido crucificar a la Asociación de Dueños de Farmacias

Ultima Actualización: jueves, 19 de agosto de 2021. Por: Roque de León B

La discusión se suscita en torno a la medida de la distancia que conforme prevé la ley 42-01 debe ser de 500 metros, a excepción de cuando se ubiquen en plazas comerciales.

Algunos han querido crucificar a la Asociación de Dueños de Farmacias, por reclamar o pretender hacer valer sus derechos y sus intereses, algo que no lo veo del todo mal, pues conforme se desprende de nuestra constitución son Derechos constitucionalmente reconocidos, el de libre asociación, la libre empresa y de reunión.

 

La discusión se suscita en torno a la medida de la distancia que conforme prevé la ley 42-01 debe ser de 500 metros, a excepción de cuando se ubiquen en plazas comerciales, artículo 103 párrafo V, ojo el levantamiento para determinar si cumple o no con la distancia lo determina Salud Publica, no los particulares.

 

En el caso de la especie la nueva farmacia, según se ha explicado solicitó la autorización sobre la base de que estaría ubicada en una plaza comercial, y se rindió un informe a esos fines, lo cual resultó ser incorrecto al momento de realizar del equipo del Ministerio de Salud Publica realizar el levantamiento, lo cual evidencia que desde el principio se conocía que la distancia no cumplía, para la apertura.

 

Otro de los argumentos, es qué hay algunas que no cumplen con esa distancias y que por ello no debería tomarse en cuenta lo cual también resulta incorrecto, la propia ley prevé la excepción cuando están instaladas en plazas comerciales y el otro punto es qué hay farmacias que datan de más de 50 años, algunas en sus lugares originales y otras que han tenido traslados autorizados por las autoridades correspondientes y por mandato constitucional no se les puede aplicar la norma de manera retroactiva.

 

Si la nueva cadena de farmacia desea instalarse, simple y sencillamente lo que debe hacer es cumplir con lo que la norma dispone, no hay nada de malo en ello. Al final es a lo que todos aspiramos como sociedad.

 

Más allá de cualquier interés, entiendo que la competencia es buena, favorece los mercados y contribuye con el dinamismo de la economía, sin embargo, no por eso debe permitirse o promover que la misma se haga cayendo en la ilegalidad.

 

Ya para terminar, si entendemos que la ley es antigua, o no es justa, deberíamos incentivar a nuestros legisladores a modificarla, pues mientras esté como rige actualmente lo único que puede hacerse es cumplirla y hacerla cumplir.