La dominicana Rosa de Castillo, directora de asuntos comunitarios y de alcance comunitario del gobernador del estado de Rod Island, Estados Unidos, ha enviado a www.puertoplatadigital.com, un video, el cual transcribimos íntegramente, veamos:
Mi nombre es Rosa de Castillo, directora de asuntos comunitarios y de alcance comunitario del gobernador del estado de Rod Island. Soy dominicana de nacimiento, nacida, criada y educada en la República Dominicana. Hace alrededor de 9 años que no visitaba mi patria por razones que me corresponden sólo a mí.
Haciendo un esfuerzo y bajo la invitación de un grupo de amigos que también muchos de ellos son funcionarios del gobierno de los Estados Unidos, decidimos embarcarnos en un crucero cuya trayectoria incluía una parada en mi patria, la República Dominicana, en el puerto de Puerto Plata, el día septiembre primero del corriente año 2021.
Para mi desgracia y vergüenza, mi primera experiencia haciendo un crucero ha sido una batalla, ha sido una vergüenza, ha sido motivo de hacer esta denuncia pública y formal frente a las autoridades dominicanas que en este momento presiden bajo la autoría de nuestro presidente Luis Abinader. Señor presidente; pueblo en general, no sé si esto es un complot o si esto es solamente ineficiencia, incultura o abuso de poder.
Entendemos las limitaciones por las cuales nos regimos durante la pandemia del COVID. Lo entendemos. Antes de nosotros abordar, cada pasajero tenía que mostrar haber sido vacunado con las dos dosis y encima de eso tener una prueba de que dieron negativa del COVID por menos de 72 horas, a los cuales nosotros nos obtuvimos e hicimos las recomendaciones de lugar para poder abordar. Cuando llegamos a la República Dominicana septiembre primero nos encontramos con la desagradable mal bienvenida que nos dieron.
Primeramente, se nos trató como si fuésemos ciudadanos de tercera. Yo creo que no. No tengo una categoría para catalogar cómo se nos trató a nosotros en nuestra propia patria, alegando que se habían enterado que había personas positivas y nos prohibieron el desembarco en nuestra patria, teniéndonos secuestrados en el barco por más de cuatro horas.
Yo hice un llamado a las correspondientes autoridades en Puerto Plata, de la cual me doy cuenta que la gobernadora hizo su parte; llamé a personas allegadas al gobierno del presidente Abinader que hicieron su parte, la vice-presidente de igual manera intervino para que se subsanara un poquito la situación. Al final, después de varios intentos con personal de cerca del gobierno dominicano nos enteramos de todas las negociaciones de cómo las supuestas autoridades dominicanas se negaban a que nosotros desembarcásemos, sin embargo, un barco de la misma compañía se le permitió desembarcar. Estaban al lado nuestro y nosotros veíamos con envidia y dolor cómo ellos desembarcaban felices y contentos para disfrutar de nuestra patria, mientras nosotros mirábamos en nuestros camarotes sin saber qué hacer, solo que esperar y llamar para ver si nos dejaban salir.
Después de cuatro horas de negociaciones con animales, con animales, burócratas que han alcanzado un nivel de autoridad en el puerto de Puerto Plata, gente incapaces, incultas, porque se referían a nosotros y dieron respuesta de vergüenza nacional, que nosotros salíamos sobre sus cadáveres, que no podíamos entrar porque se había dicho que había gente contaminada; todos los barcos tienen gente contaminada y hay regulaciones que impiden que estas personas se junten con las demás personas porque están en cuarentena, están separados del resto de la tribulación o tripulación, mejor dicho, perdón, están separados de la tripulación y del público en general. Están en cuarentena. ¿Por qué a nosotros se nos impidió bajar a nuestro país?