Tragedias en la vega

Ultima Actualización: viernes, 29 de octubre de 2021. Por: Rafael Hernandez

¡Qué día tan terrible!!

¡En este pueblo se enseñoreó la tragedia y todo fue humo y muertes...! ¡Qué duro!  bienes ganados con tanto sudor y sacrificios, vidas tan útiles, todo perdido.

 

Recordamos la década de los 70's y 80's cuando La Vega era la Capital comercial del Nordeste. Casa Amarilla y Casa Mora, según los datos de aquellos años eran las dos más grandes importadoras de los tejidos del país. La gente de todo el nordeste venía a esta ciudad un fin de semana para aprovechar los mejores precios y las abundantes mercancías de estas dos tiendas y hasta según supe, al regresar a sus pueblos decían que habían llegado de Puerto Rico, a donde habían ido de compras. Estas fueron las dos últimas grandes tiendas de este pueblo. Cuando La Vega era un atractivo comercial para todos los pueblos vecinos. Dos familias de reconocida laboriosidad levantaron esos dos magníficos puntos comerciales reconocidos en todo el país. Para ambos, una sola chispa bastó.

 

La verdad cuando escuché la noticia quedé impactado ayer y salí al frente de mi casa y fue muy doloroso ver esa trágica humareda. Tal vez la gente común no entienda la magnitud de esta tragedia. Esta Casa Mora mantenía el orgullo comercial de este pueblo, su prestigio de otrora. Ya era la única en su tipo que le quedaba a este pueblo. Vaya pues nuestra solidaridad con la familia Mora, en estos momentos de abatimiento y hacemos votos porque haya una pronta recuperación, pues sabemos que es una familia luchadora y de pensamiento positivo.

 

Nuestro Cuerpo de Bomberos, que no está preparado para este tipo de tragedias, recibió la solidaridad de otros cuerpos similares de los pueblos vecinos, quienes acudieron en su ayuda. Esto debe poner a los veganos a reflexionar. Se necesitan más voluntarios, y solo en estas tragedias es que muchos se acuerdan de ellos. Deben volver aquellos tiempos cuando el ejercicio de ese servicio era un orgullo para muchos hombres y mujeres. Ya no tocan la sirena para alertar a la población como se hacía antes, para que todos los bomberos salieran de sus trabajos y se dirigieran al área del fuego. Pero bien, eso es historia. La realidad fue la que se evidenció ayer, donde esos héroes anónimos se fajaron a servir a su pueblo con todo su arrojo y valentía, porque yo les aseguro que cuando vi esas voraces llamaradas, me dieron deseos de huir, al pensar que, si hubiera soplado una brisita, se hubiera extendido la tragedia. Este se inscribe entre los grandes fuegos históricos de La Vega. El horror que vivieron los bomberos no fue poco, especialmente cuando sus compañeros quedaron atrapados allí. Una angustia infinita debió abatirlos. Tres valientes héroes ofrendaron sus vidas en aras de aminorar las pérdidas con sus esfuerzos. Gente joven y valiosa se sacrificó para que hoy la comunidad no lamentara una tragedia peor. Lanzo la idea de un Monumento al Bombero en algún solar de esta ciudad, pues reconocer a todos esos hombres enaltecerá a este pueblo, como se hizo con Gregorio Riva. Nuestra solidaridad con los deudos de esos tres héroes con quienes tenemos una deuda moral. Hágase un Tele-Radio-Maratón para reunir fondos que alivien las penurias de esas familias que han visto sus esperanzas tronchadas. A todo el sector empresarial de La Vega que reaccione y vea que hay que modernizar ese cuerpo y captar más personal para este tipo de emergencias.

 

Al llegar la noche nos encontramos con otro incendio en el sector de Palmarito, donde una fábrica de colchones también se incendió. Esto aumentó el horror que estaba sintiendo, pues por estar en un sector populoso, de no haber una rápida acción, pudo extenderse en un vecindario de muchas viviendas de maderas. Sirvan estas experiencias para aprender y volver nuestras miradas hacia el Cuerpo de Bomberos. Se ha avanzado mucho, pero todavía hay que tecnificar más. Nuestro reconocimiento a todos esos héroes, que hoy se han ganado LA GLORIA por sus eficaces servicios a este pueblo y que deben ser bien retribuidos y valorados como se debe. Manos a la obra, ¡pueblo vegano!!!