En La Voz Dominicana conoció a la que fue su esposa toda la vida, Esperanza Liranzo, quien también se formó allí como cantante. Ambos contrajeron matrimonio en Puerto Plata en 1965.
Rafael Pérez Cid, en la ciudad de Santo Domingo cantó en clubes y restaurantes. Participó en diferentes ocasiones cantándole en fiestas en que asistía el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina (1891—1961) y fue muy amigo de su hijo Rafael Leonidas Trujillo Martínez (a) Ramfis (1929—1969), en donde participó en veladas y tertulias bebentinas tanto en Santo Domingo y como en Madrid, España. Nunca negó que fuera amigo íntimo de Ramfis Trujillo Martínez.
Fue miembro del Coro Nacional de Santo Domingo, como primer tenor.
También, participó como miembro de El Coro como primer tenor, de la Iglesia Central Evangélica, Santo Domingo.
La noche del 28 de diciembre de 1969, en que murió en un accidente automovilístico Ramfis Trujillo Martínez, Rafael Pérez Cid horas ante de dicho hecho trágico participó en una velada artística, en el que estuvo Ramfis y un grupo de amigos de éste.
Rafael Pérez Cid, no le hizo daño a nadie durante la Era de Trujillo. Su vínculo con los familiares de Trujillo, fueron más bien de orden artísticos y no políticos.
Después del ajusticiamiento del dictador Trujillo continuó su carrera artística en el país.
Fue muy amigo de los Coroneles Francisco Alberto Caamaño Deño y Manuel Ramón Monte Arache. Llegó Rafael Pérez Cid a participar en veladas artísticas en las residencias de ambos militares en Santo Domingo.
Rafael Pérez Cid apoyó de manera tímida con recolecta de dinero la Revolución del 24 de abril de 1965, encabezada por el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deño.
Después de terminada la Revolución del 24 de abril de 1965, partió a Europa y se estableció definitivamente a vivir en Madrid, España en compañía de su esposa e hijos.
Ambos esposos allí formaban el Dúo Dominicano. Cantaron en varios sitios de Madrid, España. El Dúo Dominicano trabajó por muchos años en Restaurant La Cotorra, de Madrid, España, donde visitaban muchos españoles y dominicanos, para escuchar las canciones de ellos dos a dúos.
Tanto a Rafael Pérez Cid como a su esposa Esperanza Liranzo, les gustaba que la gente lo visitara en su hogar de Madrid, España.
Les cantaron a Muhammar Al Gaddaffi, de Libia; Francisco Franco, dictador de España; a los Reyes de España, Juan Carlos y Sofía de Borbón, y otros tantos…
Viajaron por diferentes partes de América y Europa, llevando sus canciones y cantos.
Después de haber vivido en Madrid, España por espacio de treinta y cinco años, ambos esposos decidieron establecerse de nuevo en Puerto Plata.
Su esposa doña Esperanza Liranzo es una tremenda mujer. Ella se complacía en atenderle y a los visitantes en su hogar.
Rafael Pérez Cid, fue el único dominicano reconocido por la Secretaría de Estado de Cultura como una de las voces más bonita y hermosa que ha dado la República Dominicana.
Era tataranieto por la línea paterna del Restaurador de la República, el general Santiago Rodríguez (1809—1879).
Su padre Ernesto Ulises Pérez, era hijo de Baldomera Artiles y Rufino Pérez, ésta a su vez hija de Chiquin Pérez y Viviana Rodríguez, ésta última fue hija de Santiago Rodríguez, estuvo en ambas guerras de 1844 y 1863, destacándose en las mismas por su bravura y valentía.
Fue muy amigo del humorista y conductor de televisión, Freddy Beras Goico; del comerciante Rafael Silverio Messón (a) Fellito; del empresario Otto Gómez Sánchez (a) Cholo; del banquero, historiador y abogado Dr. Carlos Manuel Finke González (a) Ney y otros...
Rafael Pérez Cid, dejó versos y canciones inéditas.
Procreó un hijo: Rafael Emilio (Capitán del Ejército Nacional). Crió a dos hijos de crianza de su esposa con un primer matrimonio de nombres: Antonio y Rafael. Quiso muchísimo a su nieto: Rafaelito.
Rafael Pérez Cid, tenía un año que había regresado de nuevo a Madrid, España por problema de salud.
Su hermano el doctor Alfonso Pérez Cid, lo describió así: “…Rafael Pérez Cid, quien se levantó de la nada como todo un héroe para ser el más destacado, querido y conocido por esta familia y por todos los ciudadanos y amigos que disfrutaron de sus canciones, dejando mucha música gravada para un largo tiempo junto a su esposa Esperanza Liranzo, la cual se mantuvo a su lado durante su larga carrera de artista y su corta enfermedad que lo acabó en un corto tiempo…” (Periódico El Faro, de Puerto Plata, edición No. 1336, del 16 al 18 de octubre de 2007, página 3).
Con la muerte del cantante Rafael Pérez Cid, pierden los puertoplateños a uno de sus máximos representantes en el arte musical y artístico dominicano.