Hay personas que tienen el arte de conquistar corazones, ganar amistades fácilmente, por su energía y carisma, pero no se saben ir de la vida de los demás y casi siempre lo hacen de la peor manera.
Con lo difícil que es encontrarse con gente real, si tienes la dicha de hacerlo aprende a marcharte sin hacer daño.
No debemos dejar cicatrices, debemos dejar huellas en la vida de los demás.
La vida literalmente da muchas vueltas, y no sabemos si a la persona que hoy herimos mañana nos curará.
Y sin duda una de las formas de irse por la puerta grande es siendo sinceros con lo que sentimos y teniendo claro qué papel juega el otro en nuestra vida.
Una persona que te aprecia valorará más una verdad que duela, que una mentira que tarde o temprano va a desgarrar el alma.
¡Aprende a decir adiós!