La guerra patria de abril y los comunistas fabricados al vapor

Ultima Actualización: lunes, 25 de abril de 2022. Por: Rafael Hernandez

Por: Alfredo Rafael Hernández F.

Todo fue un proceso. A Trujillo lo vendieron como el campeón del anticomunismo, no porque Trujillo fuera realmente anticomunista, sino porque todo lo quería para él y eso le garantizaba dos apoyos importantes. Uno el de los gringos y otro el de la iglesia católica. Se había vendido al comunismo como ateo y criminal. Ni el naci-fascismo tuvo tantos ataques porque era muy potable al tipo de capitalismo que tomó mucho de la metodología y las ciencias desarrolladas por los nazis.

Entonces se dio una burda manipulación donde todo el que no simpatizaba con Trujillo era acusado de “comunista” y tratado cruelmente; y ese criterio se mantuvo a conveniencia post Trujillo, y aún pervive en determinadas instituciones y personas estancadas en el pasado. Entonces todos los jóvenes dominicanos fuimos comunistas, pues la juventud dominicana a partir de 1959 fue total y absolutamente antitrujillista, y padeció los rigores de las torturas y las cárceles. Y desaparecido Trujillo, fue la juventud dominicana la que se lanzó a las calles a reclamar libertad y democracia.

Fueron ametrallados, apaleados y apresados en cada mitin, en cada movilización, en cada actividad pública. Nunca había tenido el país estas voces contestatarias, que tuvieron que resistir a tanta represión e incomprensión de una sociedad casi totalmente analfabeta y que seguía siendo manipulada.

Luis Comte Agüero, T. Reyes Cerda, A. Bonilla Aybar y EL FREPA, Frente patriótico anticomunista que ponía a circular unos espantosos panfletos y folletos ilustrado metiendo cuco, y una serie de oscuros personajes se encargaron de estigmatizar a la juventud libertaria que solo anhelaba vivir en paz, libertad, democracia, justicia social, trabajar y producir por el bien de todos, la erradicación de la pobreza por la inequidad en el reparto de las riquezas, la exclusión y discriminación de que era objeto la mayoría del pueblo dominicano por la voracidad de quienes nos desgoberban. Al ganar Bosch las elecciones con el “san Benito” de comunista (que nunca lo fue), porque era la mente más lúcida entre los políticos del momento y quien tenía un proyecto de Nación, inmediatamente se inició una conspiración, siguiendo los mismos conceptos y métodos trujillistas. Fidel había triunfado en Cuba y lo admirábamos por sus posiciones dignificadoras que interpretaban todos los anhelos de los pueblos oprimidos del mundo. No porque fuéramos comunistas.

En esa conspiración estuvo jugando un papel esencial la iglesia trujillista de aquella época que radicalizó a los campesinos con los llamados “mítines de reafirmación cristiana”. Sectores militares cavernarios que no aceptaban las libertades, porque solo entendían de represión, crímenes y toda clase de abusos a que los acostumbró la tiranía y en quienes se apoyó e incrustó en sus débiles cerebros la idea de que todo el que protestaba era comunista y a los comunistas había que matarlos a todos estaban fortalecidos y empoderados para matar la Democracia incipiente y enterrar a todo el que se opusiera a sus pretensiones de restablecer la dictadura y tiranía trujillista. El factor externo en esta situación era el predominio de la Embajada norteamericana a lo largo de todo este proceso que entonces llamábamos de “transición” que como un parto era evidentemente dolorosa.

El derrocamiento de Bosch vino dictado desde dicha embajada, porque este se mostró poco manejable y se dieron cuenta que no podían manipularlo como al resto de los títeres que habían puesto a gobernar en otros países. Fue la juventud y su líder quienes fueron sacrificados en Las Manaclas, fueron los estudiantes de todo el país quienes se lanzaron a las calles en la resistencia contra el triunvirato y los jóvenes proponíamos convencidos que aquí tenía que producirse una Revolución para poder cambiar al país.

 

También fue la juventud dominicana la que con todo el pueblo de abajo se lanzó a las calles a reclamar la vuelta a la Constitucionalidad, harta de los desmanes de las fuerzas represivas que mataron la democracia para imponer la terrible corrupción de las llamadas “cantinas militares” y del contrabando intensivo que prácticamente quebró al comercio nacional.

Los hechos demostraron que un sector militar se había mantenido puro y que estaba dispuesto a morir en defensa de la Constitución de 1963 y respondió a los llamados para apoyar esa causa. Ni los bombardeos y ametrallamientos criminales de la Aviación, ni los cañoneos de la Marina, ni los tanques ni la represión policial lograron detener a este pueblo que se la jugó en la Batalla del Puente y puso en fuga a esos cobardes, que se fueron a refugiar a San Isidro a llorar como niñas y a pedirle al Tío Sam que se hiciera cargo de la situación que ellos habían creado y que no supieron resolver con los dominicanos.

Esa Alta traición a la Patria nunca ha sido llevada a un Consejo de Guerra Militar aunque sea Póstumo, para condenarlos por los miles de crímenes de Lesa Humanidad que cometieron y que aumentaron cuando invitaron a sus aliados del Norte a que vinieran un Día 28 de Abril (como Hoy) a pisotear nuestra Soberanía y a asesinar dominicanos porque supuestamente los comunistas infiltrados en el Movimiento Constitucionalista estaban al frente del mismo, burda mentira inventada y sostenida en la campaña de calumnias que transmitieron al mundo a través de la Voz de los Estados Unidos de América transmitiendo en Español, La BBC de Londres y otras potentes repetidoras, disfrazando su crimen como FIP. Ahí el proceso dejó de ser una Guerra Civil y se convirtió en una Guerra Patria, ya que el compromiso era morir defendiendo nuestra soberanía, mientras tanto la sociedad civil norteamericana, la comunidad europea, la Comisión Internacional de los Derechos Humanos y la Interamericana de la OEA hacían un silencio cómplice y comisionaron a unos tipos a quienes el General del Hotel Embajador los asustó tanto que se tuvieron que ir del país sin terminar el informe que fue publicado así incompleto.

Desde entonces en nuestras mentes y de hecho a nivel internacional perdieron credibilidad y autoridad total tanto la ONU como la OEA (ahora tan agresivas contra nosotros, que prefieren destruirnos como país para salvar a Haití) que se lavaron las manos y contribuyeron a justificar el crimen contra nuestra Patria, y el Secretario General de la OEA José A. Mora, por conducir las negociaciones entre los dos bandos en pugna hacia una emboscada donde los golpistas y vende Patria se afianzaron en el poder apoyados, rearmados y equipados como nunca para que ahora en las sombras, como “incontrolables” asesinaran a todos los que participaron en dicha guerra al lado del pueblo, tal y como lo planteaba hacía tiempo en sus circulares (que son públicas y todo el mundo puede leerlas) dirigidas al servicio exterior “el héroe nacional” que encabezaba al llamado gobierno de “Reconstrucción Nacional”.

Esos sectores dirigieron las retaliaciones tanto “gobernando” el insulso Héctor García Godoy, como cuando restituyeron la tiranía con el candidato que había seleccionado J. F. Kennedy cuando J. B. Martin le dio el informe de que en este país nunca habría democracia tras el arrase y saqueo a que lo sometieron Trujillo y su ejército dejando en la miseria e indigencia a todo el pueblo, por lo que sospechaba que aquí podría darse otra situación como la de Fidel Castro en Cuba, lo cual el Departamento de Estado y el Pentágono se comprometieron a evitar a cualquier precio. Todo cuanto digo está documentado.

Los documentos ya fueron desclasificados y cualquiera que sepa investigar puede tener acceso a los mismos. Léanse partes de esos documentos en las obras publicadas por Bernardo Vega, el periodista D. Guerrero y el periodista italiano Piero Gleijeses publicados en su obra “La Esperanza Desgarrada”.