Ramón Ortiz: Síndico

Ultima Actualización: miércoles, 28 de octubre de 2009. Por: Luis Henriquez Canela

Hay una gran diferencia entre la realidad y la fantasía. Ese arrebato patético y delirante del ex síndico, no deja de ser eso, un arrebato.

El ruido ensordecedor de una decena de motocicletas nos hizo voltear para ver el humo negruzco que se escapaba de sus tubos de escape y que ascendía frenético en espirales. La estridencia de los motores de dos tiempos acelerados de manera intermitente interrumpió las conversaciones del momento. Todos miramos atónitos. Es la forma más incivilizada de  promoción política

 

Los conductores de las motocicletas llevaban a sus espaldas letreros alusivos a la propuesta de candidatura a síndico del inefable Ramón Ortiz. ¡Qué manera de llamar la atención! Humo, ruido, bravuconerías para cruzar una calle y deteniendo el tránsito sin ningún tipo de cortesía ni regla.

 

Quizás esa manera de publicitar sea el reflejo de lo que fue y sería (improbable esto último), una nueva gestión suya al frente al Ayuntamiento Municipal de Puerto Plata.  

 

Hace unos días leímos un titular el cual decía que él estaba amenazando con lanzarse como candidato a síndico por el municipio de Puerto Plata.  Al leerlo no  se nos ocurrió más que alabar la perspicacia del escritor. Amenazar con lanzarse a la candidatura para síndico no pasa de ser una amenaza tal y como dice el titular.  Esa amenaza podríamos darle varias lecturas; podría ser una amenaza al síndico actual de que se cuide porque el hombre viene duro, pero también podría ser que signifique que tiene intenciones de lanzarse y no precisamente al precipicio sino a tratar de materializar sus aspiraciones, por lo que todo el mundo debe ponerse donde el capitán lo vea. 

Sea como sea, su amenaza, no deja de ser una aspiración trunca desde la concepción misma (ahora que se ha puesto de moda el término).  No cree nadie que su partido, sabiendo el desastre que protagonizó, permita que vuelva y vuelva.

 

De materializarse su escogencia para que tercie en los comicios municipales venideros, Walter Musa puede tomarse unas vacaciones en Aspen, Colorado y volver el año que viene para la juramentación por seis años más.  

 

Hay una gran diferencia entre la realidad y la fantasía.  Ese arrebato patético y delirante del ex síndico, no deja de ser eso, un arrebato.