Durante el año 2022 que recién finalizó acontecieron eventos muy positivos para nuestro país entre ellos el inicio de la recuperación económica después de ser sacudida por la Pandemia del COVID-19.
A pesar de las razones que tenemos como dominicanos para celebrar después de muchos acontecimientos positivos, hay un hecho de intolerancia llevado a cabo por un General Retirado en contra de la Iglesia Católica, que debe llamarnos a la reflexión.
Si interrumpir la solemne celebración de la Eucaristía la lleva a cabo un enfermo mental "reconocido" se asume como tal y se le seduce para que salga y, todo se queda hasta ahí.
Lamentablemente no ha sido así, se trata de un General Retirado con pasados hechos cuestionables como el de en un vuelo rasante pasar sobre el Palacio Nacional una avioneta y en esta ocasión sin ningún escrúpulo ni respeto fue a la Catedral con la intención expresa de provocar a Monseñor Osorio y al equipo que oficiaba la misa expresando a viva voz su sentimiento anti-haitiano cuando existen miles de lugares y espacios donde puede hacerlo, si en realidad es lo que desea.
Lo peor del caso es que no muestra arrepentimiento, ya que el día 27 de diciembre lo observemos montando un show en un programa de la televisión nacional que se transmite en horario del mediodía, donde además de expresar que no tiene que pedir perdón a menos que sea a Dios, dejó claro que fue a interrumpir y buscar notoriedad durante la celebración de la Eucaristía y, peor aún, expresó que hay un moviento formado en Estados Unidos que tomará la Iglesia Católica.
Este hecho denota la falta de disciplina que sin importar los niveles que tengan algunos seres humanos, que suponemos deberían tenerla, lo que los empuja a denotar grados de soberbia e intolerancia que hasta tratan de desconocer y romper el protocolo que todo católico reconoce y respeta en las celebraciones.
El hecho de que el personaje en cuestión responda que el "no ha hecho nada para que lo metan preso" y "que volverá y hablará en el medio del desarrollo de la misa" como respuesta a las expresiones del representante de la Iglesia en ese momento de que "podía sacarlo preso" y que "no debe entrar más a la institución"; las autoridades tienen el deber de investigar las reales intenciones de este General Retirado y preservar la paz y tranquilidad a tantas personas que de corazón, están en la búsqueda de lo divino.
Toda institución tiene sus normas y reglas, quien no puede respetarlas se retira o es expulsado sin importar quien sea o como se llame; no me imagino alguien entrando a la sala de mi casa diciendo que a partir de ese momento ahí estará el comedor y viceversa o interrumpiendo en el consejo de directores de una empresa diciendo que quiere y que hay que dejarlo hablar, por favor respetémosnos.
Me llama la atención que ahora cuando más esfuerzos hacen las autoridades de República Dominicana para que Haití sea intervenido por los Organismos Internacionales para liberarnos y liberarlos de ese yugo y que con más vehemencia se ha perseguido la corrupción es cuando ese General Retirado despierta su furia contra ambos males, furia que la refleja de manera peligrosa en forma de racismo y furia, en contra de la Iglesia Católica y uno de sus representantes.
Cuando se tienen reales intenciones de defender nuestra patria se hace con ideas y, lo menos en que piensa es en fomentar la irracionalidad para crear: caos, irrespeto, violencia, rechazo, recordatorio y aplicación con rigor de las normas establecidas así como otros tipos de reacciones no deseadas que desencadenan en conflictos innecesarios y que dañan.
La intolerancia es el fruto de acciones irracionales alimentadas por años sin ningún tipo de ideal pero sí con mucho recelo, odio y maldad.