Alejándonos de toda la podredumbre detrás de la muerte de la adolescente de 16 años Esmeralda Richiez encontrada muerta en el baño de su residencia desangrada luego de ingerir pastillas abortivas, hablemos de que ella es una más de las miles y miles de mujeres y niñas que practican el aborto en su casa ignorando las consecuencias letales de esto.

Un tema polémico por de más, pero que debe plantearse ya que el aborto no se va a eliminar aún si no aprueban las 3 causales en República Dominicana, continuarán haciéndolo ellas arriesgando su salud y su vida por falta de la atención adecuada a tiempo.

No queremos que las mujeres adultas irresponsablemente queden embarazadas y por puro placer se practiquen un aborto cada vez que les dé la gana, no no es eso.

Se necesita que exista la posibilidad de atención adecuada en caso de que sea necesario practicar un aborto principalmente en niñas y adolescentes y junto a ello educación y orientación sexual. 

Con la falta de información, el difícil acceso a métodos anticonceptivos por su costo y la ignorancia al rededor de estos temas, las empujamos a lo que para ellas es la vía más fácil y menos vergonzosa.

En un mundo ideal una mujer no tendría relaciones hasta la mayoría de edad, pero ese mundo ideal no existe y niñas de 10 años están quedando embarazadas en este grandioso país según estadísticas.

Y se continúa haciendo grande el círculo de la pobreza y el atraso en nuestras familias más vulnerables que es donde se dan estas situaciones. 

Si señores esto nos atrasa muchísimo a nivel social. 

A esa niña la mató su profesor de matemáticas, la dejó morir su familia y la enterró la sociedad.