El Mercado de los Fármacos en República Dominicana

Ultima Actualización: martes, 02 de mayo de 2023. Por: Roque de León B

A los importadores por igual además de verificar los permisos y los márgenes que inmisericordemente incrementan al costo del medicamento.

Desde hace mucho tiempo en el mercado de importación, producción, falsificación, distribución, entre otros que podrían ser impublicables de los fármacos que consumen los ciudadanos de nuestro país, suceden eventos que ameritan la atención, seguimiento e investigaciones profundas por parte de las autoridades responsables que se hacen los inocentes e indiferentes.

No es un secreto para nadie que aquí desde hace muchos años cualquiera que consigue dinero y conexiones que les permitan obtener algo tan delicado como los permisos para operar y comercializar medicamentos al por mayor, en poco tiempo, se forra de dinero aún sea al costo de que otros mueran.

Para los que fabrican, la investigación debe iniciar por el origen y calidad de sus materias primas, cuando pretenden lanzar al mercado un nuevo producto las pesquisas deben extenderse hacia cuál es la demanda del mercado versus la producción e importación para evitar la saturación y el abuso con el último eslabón, que son los  dueños de farmacias al igual que los consumidores finales.

A los importadores por igual además de verificar los permisos y los márgenes que inmisericordemente incrementan al costo del medicamento.

Existe el segmento de los falsificadores que no sólo hacen placebos sino que recogen productos vencidos y los empacan como vigentes, mejor si han sido suplidores del Estado; ver noticias de unos años atrás.

Eso no es diferente a que hay fabricantes que  maquilan una misma sustancia con diferentes nombres indistintamente a distribuidores que los ofertan y venden como están patentadas.

Corresponde a la Dirección General de Medicamentos, Alimentos y Productos Sanitarios (DIGEMAPS) como dependencia del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, enfrentar este tipo de situaciones al igual que el desorden que han creado ellos, al permitir la violación a lo establecido por la Ley 42-01 del 8 de marzo del 2001; respecto a los 500 metros mínimos de distancia entre un establecimiento farmacéutico y el más próximo.    

El mercado de medicamentos no es un mercado cualquiera, es un asunto de vida y quienes interactúan en él no pueden ser simples mercaderes, deben ser personas con un amplio sentido de responsabilidad ética y social, incluidas las autoridades del área.

En último eslabón de la cadena que participa de uno de los dos renglones de negocios con margen controlado en el país y que es el que carga con todo el peso final y la responsabilidad ante el paciente, que es el consumidor final amerita que los bancos y la Dirección General de  Impuestos Internos (DGII) asuman su rol de inspeccionar el origen de capitales invertidos en este renglón, sólo para tranquilidad así como garantía de igualdad para todos.

La sociedad tiene que asumir el rol protagónico en el esfuerzo colectivo por sanear el mercado de medicamentos preventivos y curativos, como garantía de una buena salud y longevidad razonable que solo se pueden logran con actores responsables en el área de la salud y no simples mercaderes.