En una rueda de prensa a la salida de un juego de basketball, le tocaba ser entrevistado a uno de los jugadores del equipo que perdió, se notaba cabizbajo y derrotado.
Una periodista se dirige a él y luego de saludarlo empieza a mencionarle cada momento del juego donde lo hizo bien, este además de estar sorprendido por la forma en la que aquella periodista lo abordó, sintió un gran alivio al darse cuenta que a pesar de haber perdido, si tuvo grandes momentos durante el juego y alguien lo notó.
Sonrió y la posición de su cuerpo cambió al sentirse reconocido.
Es increíble el poder que tienen las palabras afirmativas en las personas.
Nos toca practicar esto con los que nos acompañan día a día, pero sobre todo con nuestros niños, no es lo mismo estar todo el tiempo recibiendo críticas y siendo juzgados por papá y mamá, que recibir aliento y reconocimiento cuando las cosas no salen del todo bien.
Su actitud para volver a intentarlo y hacerlo bien depende directamente de la reacción de los adultos cuando ellos “pierden”.