Me llena de curiosidad lo que ocurre ahora en la era de la información y la Inteligencia Artificial la diversidad de opiniones y criterios respecto a lo que debemos comer a lo que llaman los expertos alimentación saludable.

La idea no es negar la importancia de la repercusión de la ingesta alimentaria y mucho menos cuestionar las especialidades de la medicina que han estudiado y se han especializado en la materia. He de suponer lo complejo que les resulta a los especialistas informar sobre alimentación y nutrición con la proliferación de información y dietas variadas que se publican sobre lo que se debe comer o no.

En los tiempos de mis padres y abuelos se comía de todo, al contrario de ahora, que mucha gente dice: “Las carnes están llenas de hormonas no hace muy bien comerlas “. Por otro lado, “el mar es un vertedero gigantesco al aire libre”. “Las frutas y verduras están llenas de pesticidas y basura”. Incluso afloran sentimiento de culpa al comer algunos alimentos. La leche y la harina según algunos expertos se encuentran entre los venenos más grandes del milenio. Otros llevan años diciendo no a la harina de maíz. Afirman que el grano amarillo es altamente cancerígeno.

Soy consciente de que el exceso de ingesta de comida es contraproducente. Se debe tener presente que a los sesenta o más, nos podríamos sentir bien pero no somos niños, cuando no se usaba toda esta información, la gente vivía sin pensar tanto.

También hay que acostumbrarse a saber que la muerte es inevitable una cosa es la prudencia y otra el exceso de cuidado que nos impidan comer sin culpas