América Latina y el deseo de su gente de no repetir el oscuro pasado de las dictaduras, entre esas naciones está República Dominicana que para huir de las dictaduras y no seguir aportando muertes ha optado por mantener un sistema democrático costoso y estridente que a veces cae en el descaro.

Todos o la mayoría de los ciudadanos han construido sus sueños y fortalezas para que el sistema democrático no retrocediera jamás. Los horizontes y el sistema cambiaron, no hay que defenderse ya del autoritarismo. Ahora se ha creado otro sistema tan delicado y riesgoso como las dictaduras, el dinero, la política y el poder.

Las estrategias han sido cambiadas por unas más sutiles, el dinero compra conciencia, cambia, tuerce y altera la voluntad de los pueblos. Con dinero se ganan unas elecciones, cualquier tendencia electoral puede ser cambiada si hay fondos suficientes para comprar, promover, hacer propagandas que de hecho reemplazan las propuestas y todo se queda en promesas.

Cuando las sociedades son gobernadas por el dinero y no por la mayoría los riesgos aumentan por los intereses de los dueños del dinero, a los ricos se les facilitan las cosas para que estén contentos, no importa si hay evasión, a los pobres se les dan regalos de baratijas, para mantenerlos entretenidos, y a la clase media se les hacen promesas de oportunidades de mejora y crecimiento. Y así pasan los años en un circulo en donde los ricos se hacen más ricos, los pobres se envilecen y la clase media sigue cargando con la construcción del país siendo creativos, con préstamos, servicios individuales, como agua, luz, para reforzar los servicios ineficientes.

Hasta que no haya más electores que debatan y cuestionen objetivamente este sistema, donde el dinero compra votos y favores, aumentando el sistema clientelar, eso no es democracia. No como la describen los Atenienses.