La privatización de la política es un tema relevante en muchos aspectos. Uno de ellos es el hecho de que los votantes han llegado a pensar que su voto vale dinero, obviando que es un derecho que les corresponde. Los partidos políticos han evolucionado asemejándose en algunos aspectos a las grandes empresas.

Uno de los elementos actuales de la política dominicana es que comúnmente a lo interno de los partidos carecen de una verdadera democracia. Las decisiones claves se toman en círculos cerrados, y la participación activa de los miembros en la toma de decisiones son muy parecidas a las empresas cuando hacen marketing para construir una marca.

La política, a menudo se desarrolla en un entorno donde unos pocos partidos dominan el escenario. Esto se asemeja a un oligopolio, donde los partidos compiten por el poder e igual que las empresas pueden fusionarse para un fin común. A los politicos les interesa la imagen mas que la democracia interna. Eso influye en  los votantes generalmente eligen a un partido basándose en estas promesas y expectativas.

Por eso no es de sorprender que siendo un sistema democrático representativo aquí para ocupar las posiciones importantes de dirección política y cargos públicos se esté imitando a los sistemas monárquicos. Está de moda que los familiares de los políticos poderosos hereden los cargos sin más méritos que la consanguinidad.

En el país la privatización política se inició en el mes de agosto del 1996 con la privatización y reestructuración de las empresas públicas, en esa fecha se dio el visto bueno para iniciar una fusión indivisible: obtener el poder económico para alcanzar poder político.