Si usted quiere saber cuál es el pináculo de la miseria humana, lea las tristes noticias ocurridas en la República Dominicana la semana pasada: la muerte por disparos del hijo de Alfredo Pacheco y lo sucedido al hijo de José del Castillo Saviñón, ambos padres miembros del Congreso Nacional.
Le reto a que navegue por de las redes sociales y lea los comentarios de la mayoría de gente sobre estos sucesos. Hágalo y verá cómo su espíritu se inquieta y su entendimiento se nubla.
Prepárese, porque lo que usted va a sentir cuando lea estos comentarios es asqueante.
¡Cuánta basura! ¡Cuánta inmundicia!
El mandamiento “ama a tu prójimo como a ti mismo” ha desaparecido de la faz de la tierra.
Sorprende ver cuántos expertos tenemos en balística, criminología, sicariato; cuántos doctores en comportamiento humano, en educación, en crianza de hijos.
¿Acaso no saben que esas personas fallecidas tienen familia?
¡Cuánta falta de humanidad!
¿Hacia dónde es que va el mundo?