Un liderazgo moribundo: no se construye liderazgo desde el soborno ni desde la amenaza

Ultima Actualización: jueves, 15 de mayo de 2025. Por: La Redacción

Puerto Plata, R.D. – Todo en la vida tiene su ciclo. Nada es eterno, como lo canta Héctor Lavoe: “Todo tiene su final, nada dura para siempre.” En Puerto Plata, este final comienza a manifestarse con claridad en un liderazgo político que, lejos de representar los ideales de su partido y de la sociedad, se aferra a viejas prácticas que ya no responden a los tiempos que vivimos.

Durante años, este partido ha sido manejado como una propiedad privada, desde escritorios solitarios y aposentos oscuros, guiado más por el miedo que por la visión, más por el control que por la inspiración. Pero ese tiempo ha quedado atrás. Hoy, el país y esta provincia demandan una forma diferente de hacer política, una que conecte con las nuevas generaciones, que no se someta al miedo ni a los gritos, sino que escuche y piense con claridad.

En un mundo donde las decisiones se toman en entornos colaborativos y tecnológicos, los liderazgos autoritarios y manipuladores se convierten en fósiles políticos, en reliquias de un tiempo superado. Como advirtió José Martí, “los pueblos se cansan de ser conducidos por hombres que no caminan con ellos.”

El partido fue concebido como un proyecto progresista, democrático y transformador, diseñado para enfrentar los desafíos del presente y del futuro. Pretender que ese sueño pueda ser liderado localmente por quienes actúan como si el partido fuera una tienda familiar es un insulto a su esencia. No se puede representar a una fuerza política que aspira a gobernar el país en 2028 y, al mismo tiempo, bloquear su institucionalidad interna. Repetir con desparpajo “yo soy el que nombra” no es una demostración de poder, sino el reflejo de una decadencia que ya no se puede ocultar.

El liderazgo no se construye desde el soborno ni desde la amenaza. Se construye con el ejemplo, inspirando confianza, sembrando respeto. Y eso, lamentablemente, ya no lo puede ofrecer quien ha perdido toda conexión con el momento histórico que vivimos. Puerto Plata es una sociedad despierta, crítica, que valora el mérito, exige dignidad y, sobre todo, ética. No quiere seudo faraones ni caciques anémicos. Quiere políticos comprometidos con su territorio, con las problemáticas que lo afectan y que estén dispuestos a luchar por soluciones viables y sostenibles.

El nerviosismo es evidente. Se percibe en las redes, en los discursos agresivos y en las respuestas defensivas. Pero es tiempo de calma, de sensatez, de aceptar que todo liderazgo que no evoluciona, se extingue.

Ya no es posible seguir conduciendo un proyecto político desde el ego, la improvisación o el chantaje. El partido está a las puertas de una nueva dirección: institucional, transparente, fresca, colectiva y profundamente comprometida con la militancia y con el pueblo.

A los que todavía creen que pueden seguir controlando el partido desde las sombras, solo les recordamos una cosa: en política, como en la vida, “todo tiene su final, nada dura para siempre.”

¡Con la Fuerza del Pueblo, venceremos!

Departamento de Comunicaciones - Corriente Institucionalista, F.P.