Sobre las instalaciones del viejo hotel Montemar y Rancho Mar de Puerto Plata

Ultima Actualización: sábado, 07 de junio de 2025. Por: Guillermo Castro

La ausencia de la voz de hierro, Ginette Bournigal, defensora incansable de que ese inmueble vuelva a ser del Estado


Por Guillermo Castro

 

Al presenciar equipos pesados realizando labores de limpieza en los terrenos del desaparecido Rancho Mar, del antiguo Hotel Montemar, de inmediato pensé que se iniciaban los trabajos de construcción del siempre reclamado hospital materno-infantil.

 

Sin embargo, mi alegría, como participante de los reclamos para que los gobiernos pasados y presentes aprobaran la obra, duró poco.

 

Durante mi acostumbrada visita a las inmediaciones del cerrado Hotel Montemar, en busca de la sombra que todavía brindan los almendros, y de la refrescante agua de coco que vende el amigo Tomás, me acerqué a Junior Polanco, quien supervisaba los trabajos de remoción de tierras y tala de árboles. Le dije:

 

—Qué bueno que van a iniciar los trabajos de construcción del anhelado hospital materno-infantil de Puerto Plata.

 

A lo que Junior me contestó:

 

—No, no es una obra del Gobierno. Es privada.

 

El propio Junior Polanco me reveló que el señor José Natalio Redondo había comprado esos terrenos hace un tiempo.

 

Al decirme eso, mi estado de sorpresa aumentó aún más.

 

De inmediato me surgió la interrogante: ¿quién sería el vendedor de esos terrenos, donde operó el Rancho Mar y un campo de golf de tres hoyos?

 

Al principio pensé que el Estado Dominicano o la Universidad Católica Madre y Maestra habían vendido el inmueble.

 

Pero en este caso lo importante no es saber quién compró, porque el señor José Natalio o cualquier otro ciudadano sería un comprador de buena fe.

 

Con relación a José Natalio, quiero decir que nos une una amistad de respeto y afecto, aunque no tan cercana. Además, es hijo de don Chichí Redondo, a quien siempre admiré y valoré por su humildad y por ser un hombre de trabajo.

 

Espero que José Natalio no se me ponga bravito por mi estado de asombro al saber quién fue el vendedor de esos terrenos, o por lo que puedan decirle otros solo por congraciarse con el empresario.

 

Fue una sorpresa para mí enterarme, 50 años después, de que esos terrenos habían pasado a propiedad privada.

 

Digo esto porque, desde pequeño, visitábamos el Rancho Mar y jugábamos en toda su área verde. Ya un poco más grandes, asistíamos a las actividades artísticas que se realizaban, mayormente los fines de semana.

 

En el Rancho Mar se celebraban las fiestas de graduación de la Escuela Hotelera del Hotel Montemar y de otras instituciones de Puerto Plata de esa época.

 

Recuerdo que, cuando el presidente Joaquín Balaguer donó en 1977 las instalaciones del Hotel Montemar y Rancho Mar a la PUCMM, mediante un decreto, el inmueble tenía una extensión de 50 mil metros cuadrados.

 

No está en discusión que José Natalio Redondo o cualquier otro haya comprado y diga poseer su título; hasta ahí está bien.

 

Lo importante es saber quién vendió y cómo justifica su derecho de propiedad, sabiéndose que el doctor Joaquín Balaguer declaró de utilidad pública esos terrenos para dar paso a la construcción del Hotel Montemar y el Rancho Mar.

 

Ahora se dice que esos terrenos nunca han sido del Estado Dominicano, ni mucho menos de la Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago. Esto contradice a la hoy senadora Ginette Bournigal, quien siempre ha sostenido que las instalaciones del Hotel Montemar y el Rancho Mar son propiedad del Estado, ya que la PUCMM no cumplió con el acuerdo contenido en el decreto firmado por el doctor Balaguer.

 

¡Escuche esta perla!

 

Dicen que esos terrenos, donde estaba el Rancho Mar, fueron alquilados al doctor Balaguer por un señor de apellido Canahuate, que supuestamente era el dueño del inmueble antes de que el Poder Ejecutivo lo declarara, mediante decreto, de utilidad pública a principios de los años 70.

 

¿Que el Estado Dominicano alquiló?

 

Podría ser.

 

¡Pero nos deja algunas dudas!