Ella es Rebeca Barrera Ruiz

Ultima Actualización: jueves, 19 de junio de 2025. Por: Maria Amelia Finke Brugal

 

Pienso que merece la pena conocer la historia de Rebeca y por eso quiero compartir con ustedes este relato lleno de determinación y sabiduría, donde ella nos cuenta como la pintura con la boca realizó su sueño mas preciado, dejar algo hecho por ella. Rebeca es ademas, encantadora, educada, divertida y pícara.

Disfruten esta experiencia llena de fuerza, que puede servirnos de referente para enfrentar situaciones de vida. Compartan con niños, jóvenes y adultos esta lección de perseverancia y valor. Gracias a la vida por tu existencia. Disfruten esta joya.

Pintar con la boca

Por: Rebeca Barrera

“Rebeca, por favor, pídele otra cosa a Dios” decía mi madre buscando ponerme los pies sobre la tierra. Ella, sin embargo, buscaba también traer un poco de cielo a las personas que la rodeaban y entre otras actividades trabajó como voluntaria en la asociación Dominicana de Rehabilitación desde el inicio de la filial en Puerto Plata.

Recuerdo que la JICA (Organización Japonesa) ofrecía ayudas para capacitar a personal dominicano en las áreas de rehabilitación física, y un fisioterapeuta llamado Tsutomu Hirakuri fue asignado en la zona. Mi madre, que le asistía en sus labores lo invitó a nuestra casa para que nos diera su opinión sobre el nivel de independencia física al que yo podría aspirar.

Luego de una hora de examinarme, concluyó que la única parte de mi cuerpo en la que yo podría tener control voluntario en aproximadamente un 60% era la cabeza.  Luego de esta noticia le comenté al japonés lo siguiente: “¿Cómo es posible que Dios permita que yo me marche de este mundo sin ver algo hecho por mí?” Esta misma “queja” se la había manifestado varias veces a mi madre, quien seguía tratando de convencerme de hacer peticiones divinas más realistas, yo me mantuve replicándole: “Tú dices que Él todo lo puede”, ¡entonces que asuma su papel!

Mas tarde, mi rebeldía terminó convirtiéndose en acción, cuando en un viejo cuaderno me di a la tarea de dibujar bastones y círculos usando la boca. Fui sorprendida en el acto por un compadre mío que luego tuvo la idea de buscar unas planchuelas metálicas que usaban sus niñas en el colegio para calcar figuras. Mami viendo mi gran interés por el tema, contactaría luego a un amigo pintor que terminó poniendo una escuela de pintura en su casa. Dada la cantidad de personas, el local resultó muy incómodo para mí. …y abandoné las clases, pero nunca dejé de pintar.

Para el 1994 hice mi primera y única exposición individual. Entre el año 1995 y 1996 contactamos a la Asociación Mundial de Pintores que pintan con la boca y el pie. Ellos contestaron con una lista de requisitos que yo tenía que cumplir: ver algunas de mis obras, mostrar un certificado médico oficial donde constaba que me era imposible usar las manos. 

Todo este intercambio de correspondencia tardo poco más de año y medio, proceso largo, que luego entendí, ya que la asociación buscaba cuidarse del fraude que en especial hacían los latinos para recibir las ayudas mensuales que otorgaba la institución. Mi madre firme, me alentó hasta el momento en que finalmente fui aceptada. Ambas lloramos como un par de Magdalenas.

Sin embargo, no ha faltado quien haya querido sembrar dudas sobre mi trabajo artístico sin manos. Comentando esto con Joheves García (mi sobrino, hijo de mi gran amiga y hermana Arisleyda Beard), tuvo la idea de firmar en un video del proceso de elaboración de una de mis pinturas. Esto requería de una cámara fija, que no llegaba. Yo me decía: “Sí, tanta tía querida y la camarita nada que aparece” hasta que Joheves en uno de sus viajes consiguió el tan esperado artefacto con el que hoy 8 de septiembre, día internacional de los artistas que pintan con la boca o el pie, hemos logrado lanzar el video. 

Agradezco a Rafi Vásquez (Artista plástico) y todos los profesores que dejaron su marca en mí, agradezco a este arte el cual viviré hasta el final de mis días,  porque gracias a instituciones como la Fundación de Artistas que pintan con la boca o el pie, he descubierto mucho más que el hermoso hecho de mezclar colores y reflejar paisajes, he podido comunicarme de la forma más clara y pura, pero, sobre todo, he podido dejarle al mundo ese “algo hecho por mí”, misión cumplida de un Dios que escribe derecho sobre líneas torcidas.


Sobre la autora:

Beba Finke es doctora en Historia del Caribe y una apasionada de la investigación histórica. Preside actualmente la Sociedad Cultural Renovación y el Club de Comercio.

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