EL LUNES AMARILLO DEL 4%: DA MIEDO

Ultima Actualización: martes, 07 de diciembre de 2010. Por: Luis Henriquez Canela

La fuerza del amarillo lo que busca es que se cumpla la ley.

Ayer, como un borrego, me dejé arrastrar hacia la Plaza Central de Puerto Plata para apoyar la campaña que auspicia el cumplimiento de la ley por parte del gobierno. Caminé desde la oficina hacia la plaza con la frente en alto y a paso decidido. Nadie iba delante de mí para guiarme tal y como sucede cuando voy a votar en cada elección. Fui porque quise. Nadie, absolutamente nadie a no ser mi propia conciencia me guió porque definitivamente nadie, absolutamente nadie me ha dado suficientes razones para no apoyar ese movimiento.

 

En los programas de televisión y radio que suelo ver y escuchar con más o menos frecuencia, ningún comunicador ha logrado enarbolar razones con suficiente peso que contradigan los argumentos que han dado lugar a la manifestación. Ninguno de los programas, incluyendo algunos cuya única fuente de financiación son los comerciales de las diferentes dependencias estatales, ha podido convencerme de que no estoy en lo correcto y mire que he perdido tiempo últimamente escuchando disparates.

 

El movimiento amarillo cada día logra más adeptos, es innegable. Hasta miedo debe dar que una simple sombrilla amarilla, con el número cuatro y un signo porcentual pintados de negro, puedan sembrar la esperanza y despertar las fauces de un león que ha permanecido dormido desde los años sesenta. 

 

Hasta miedo da.

 

La fuerza del amarillo lo que busca es que se cumpla la ley. Es al gobierno que le toca señalar cómo se invertirán los 85 mil millones de pesos que se reclaman incluir para  el sector educativo en el presupuesto del 2011, es al gobierno que se le paga para que planifique y ejecute. Que trabaje y deje de estar buscando argumentos baladíes. Mucho que enarbolaron ellos la bandera de la educación cuando eran oposición (como todos). Si Don Juan Bosch estuviera vivo, ya le habría dado un ataque al corazón, eso es seguro.

 

No debo dejar de comentar los argumentos vertidos por el afamado editorialista del diario vespertino, en torno a la financiación del movimiento. Quienes leyeron el editorial saben a lo que me refiero. A partir de hoy me daré a la tarea de buscar quiénes son los que están patrocinando este movimiento. Quiénes son los que están financiando la compra de camisetas, gorras, sombrillas, los que están “detrás del telón”, o  “los samaritanos que impulsan y costean tan  profusa campaña”.  Me dedicaré a buscar esas fuentes de financiación, tal vez de esa forma puedo dedicarme a tiempo completo al movimiento y dejar de trabajar. 

 

El amarillo esta doliendo. Da hasta miedo.