Los que han practicado deportes en las provincias del interior han sufrido en carne propia la carencia de todo, ya que casi la totalidad del presupuesto destinado a ese Ministerio se queda en Santo Domingo. Los dirigentes y atletas hacen  actividades de todo tipo con la finalidad de agenciarse los recursos para la continuación de sus prácticas.  Si salen de la ciudad la mayoría de las veces es con su propio dinero. La utilería, los uniformes, todo, deben costearlo.  Da miedo ver las instalaciones.

A pesar de que siempre ha sido así, los que están ligados de una u otra forma al deporte, vieron una luz al final del túnel cuando la Cámara de Diputados conocía el proyecto de ley que asignaba el 10% de los bienes decomisados por la Ley 72-02 al Ministerio.

Finalmente, el dulce pastel de los bienes decomisados se repartió de la siguiente forma: el 25% a la Procuraduría General de la Republica, el 25% a la DNCD, el 15% a las Organizaciones no Gubernamentales que trabajan en la prevención del consumo de estupefacientes y el restante 10% a la Policía Nacional.

Al parecer, el 10% que le asignarían a deportes se lo otorgaron a la Policía. Grave error ese, tratándose de un país donde la juventud no encuentra qué hacer.  Quisiera que me mostraran la grabación de los debates, sería interesante escuchar los argumentos de los Diputados y Senadores que votaron a favor de esa modificación trunca.

Aunque los recursos fueran a parar al Gran Santo Domingo, es innegable que se le ha asestado un duro golpe al deporte.

Me niego a creer que algún puertoplateño votó por ese mamotreto de modificación.