Las reclusas son 38 y duermen prácticamente en un terrible estado de hacinamiento “sardinas”.
El penal resulta pequeño para las 38 mujeres que guardan prisión por diversos hechos delictivos.
Y en medio de las precarias condiciones en que viven una de ellas que dio a luz en el interior del recinto carcelario.
“Esas presas apenas comen dos veces al día, a las 9 de la mañana y a las 4 de la tarde; una comida preparada por ellas mismas sin las mínima condición de higiene”, según se ha informado.
Fuentes allegadas a las prisioneras dijeron que la mayoría de las mujeres privadas de su libertad duermen en el suelo y otras comparten un camarote rodeado, algunas veces, de insectos y ratas.
Las reclusas conviven todas en un mismo pabellón, lo que las hace más proclive a las enfermedades infectocontagiosas. La Fortaleza San Fernando, de Montecristi, está bajo la supervisión del Ejército Nacional y funciona bajo el viejo modelo penitenciario. En este penal los hombres guardan prisión, pero separados de las féminas.