Confieso que en los veintitrés años que tengo viviendo en esta hermosa ciudad de Puerto Plata, es la primera vez que mis sentidos experimentan una sensación como la vivida en estos tres últimos días.
Esa sensación experimentada recientemente tiene que ver con la famosa barcaza que sería colocada en el muelle por parte de la compañía de electricidad de Puerto Plata.
Casi todos los que escriben en diarios, los miembros de la prensa, los ciudadanos; han dicho alguna vez, que el problema de Puerto Plata es que no hay unión. Con mucha mayor regularidad de la imaginada, ponemos como ejemplo a la Asociación para el Desarrollo de Santiago, entidad de una fortaleza indiscutible precisamente por la unión que la caracteriza a la hora de reclamar mejoras para su provincia.
La experiencia que acabo de vivir da hasta escalofríos. En los medios de prensa vi, escuché y leí sobre las opiniones de la mayoría de ciudadanos en torno a la negativa para aceptar la barcaza que traería la planta eléctrica hasta el muelle.
Alcalde, Senador, Diputados, empresarios, entidades que agrupan los comerciantes, sindicatos, asociaciones, pueblo en general; todos como si fueran uno solo, no importando partido político, iglesia, credo ni nada, todos, rechazando la instalación de ese adefesio. Hoy, han dado la orden de paralizar los trabajos gracias a la intervención de tanta gente y, fue mejor así porque el parque si iba a llenar de gente enojada durante el día de hoy y en los días sucesivos. Fue mejor así porque al parecer el puertoplateño no quiere aguantar más cuentos y engaños.
Es imposible jugar con la dignidad de un pueblo unido. Puerto Plata se unió, y lo hizo hasta con mucho más fortaleza que cuando el 4% para la educación, con gallardía y hasta con fiereza. “Sólo le temo a Dios”, expresó uno de los manifestantes al verse amenazado por un miembro de la policía. Hasta los ancianos llamaban a las emisoras y los programas de televisión ofreciendo su vida en defensa de esa causa.
He dicho una y mil veces, que el lugar natural para el puerto turístico es ese muelle. Ahí, sin necesidad de transporte, el turista puede desmontarse y caminar por la ciudad. Lamentablemente nuestros políticos de antaño hicieron barbaridades y permitieron, sea por razones de ventaja económica, sea por asuntos coyunturales, el que se minara el muelle de esas generadoras con contratos leoninos a largo plazo. Son malos puertoplateños y andan por ahí dándoselas de serios como si el olvido fuera común a todos.
Lo bueno de todo esto es que al parecer, la conciencia está calando en los corazones de los puertoplateños y la gente se está uniendo. A los miembros del Comité Pro-puerto hay que darles un espaldarazo por esa iniciativa tan loable de colocar ese campamento frente a la generadora y esa lucha tenaz y obstinada a favor de Puerto Plata. Los felicito.
Si nos uniéramos para reclamar la carretera a cuatro carriles, la realidad fuera otra. Puerto Plata hay que cerrarla por tres días a ver si nos hacen caso. Yo me ofrezco.