Lo ocurrido la noche del viernes en la Plaza Independencia de esta ciudad, pone en evidencia –si no hay en los próximos días, alguna aclaración- que para nada se toma en cuenta a los puertoplateños en su conjunto.
Cuando suelen emitir algunos ensayos, o bolas de humo dizque para integración, luego con los hechos -pequeños detalles- se desmitifica lo expresado o lo que se trata de enseñar.
Ese atardecer, habíamos participado de una reunión con los Bomberos Voluntarios. Al finalizar todavía temprano decidimos cruzar por la Plaza, antes de regresar a casa pues más tarde teníamos planificado estar presentes en una Plenaria de Trabajo del Club de Leones Puerto Plata Central, del que formamos parte.
Al llegar a la Plaza nos encontramos con algunos amigos que comentaban la situación sobre el control para entrar y sentarse a disfrutar de la presentación del documental sobre las bellezas de nuestra provincia.
A medida que pasaban los minutos, el sentimiento negativo era imperante entre los indocumentados para cruzar las vallas.
Nos dimos cuenta de la colocación de esas vallas, situación a la que el mismo señor Gobernador se refirió brevemente durante su discurso.
Lo consideramos extraño, tomando en cuenta que era una presentación de algo, para hacernos sentir orgullosos de ser puertoplateños y más ahora que tanto se habla de integración y unidad.
Había un filtro. Usted sí…usted no…lo siento. Decidimos tomar una foto a una parte de las vallas. Vallas que separaban, como un muro. Algunos sostienen segregar, dividir…ensanchar la brecha que separa los pudientes de los jodidos.
Fue una experiencia de mal gusto para muchos. Esa indignación se manifiesta con las opiniones diversas que escuchamos y leemos en diferentes medios de comunicación.
¿Por qué las vallas? ¿Quién las ordenó? ¿Cómo puede lucharse con sinceridad por una integración cuando uno se siente vejado con acciones como esa?
¡Qué bueno, que algunos que sí tenían autorización para pasar, prefirieron quedarse fuera! Buen gesto que habla muy bien del grado de conciencia adquirido.
Alguien debió, alguna autoridad de las que estuvieron presentes, estuvo en sus manos inquirir el por qué de las vallas, y ordenar sean retiradas a tiempo.
Los dioses del Olimpo, no impidieron la caída del imperio romano.