Toda persona
profesional o no en el área que sea, va dejando a su paso una estela, un
record, un expediente, fichas, un Currículum, bueno o malo que puede ser dado
al conocimiento público en cualquier momento, sea para reconocer su trabajo, o
para insultarlo y avergonzarle.
Diferentes instituciones elaboran expedientes, antecedentes,
records o como se le llame, para resumir datos e informaciones de importancia
de personas detenidas en el caso de la Policía y de pacientes, en el caso de
los profesionales de la Medicina.
Por eso, a veces leemos en las notas policiales “fulano
tenía o tiene varias fichas” o cuando se incineran los expedientes o records de
pacientes cuando el Psiquiatra fallece. Una forma de preservar la intimidad de
sus clientes.
Todos y todas, tenemos nuestras fichas. Nuestros
expedientes, nuestros records. El militar y el civil.
Lo tienen los funcionarios: diputados, senadores, regidores,
síndicos, gobernadores, secretarios, gerentes, administradores, mensajeros, el
que barre, el que limpia ¡Todos! Los que son y quienes aspiran a serlo.
Decimos todos porque, también lo tiene el empresario, el que
vende, el que compra, el zapatero, quien vende artesanías, el billetero, el
cambia cheques, el que vende lentes y chucherías, el maipiolo, la chula, el
dueño del cabaret, el vecino, la vecina, usted, nosotros, ¡Todos!
En la jerga popular decimos “pedigri” “cola” “ese funcionario
tiene una cola más larga que un dragón”, “¡Ay! Si tu conocieras el pedigrí de
ese oficial, de ese funcionario”
“Me luce que Mengano es un buen funcionario periodista, o abogado, médico, oficial militar o
policial…” Si, pero con esa cola!
En tiempo de campaña política en este año electoral con
miras a las elecciones generales, dentro de las estrategias o márketing de guerrilla, está el de sacar a
la luz colas y pedigrís.
Hay quienes creen que
su paso por la administración pública, son como las embarcaciones cuya
estela a su paso en el mar, se borra casi al instante.
¿Qué tan limpio y correcto está nuestro expediente?