Recuerdos de don Pascualo

Ultima Actualización: sábado, 16 de abril de 2016. Por: Ramiro Francisco

Me luce muy fuerte para la edad que dicen tiene; 111 años.

No siempre se ofrecen respuestas acertadas y creíbles –medijo don Pascualo- cuando le inquirí sobre los resultados de los paquetes deencuestas dadas a conocer hasta la fecha, y que el común de la gente las recibecon tanto escepticismo.

Así como los huracanes y ciclones llegan precedidos demuchos boletines, señales, nublazones-, mar encabritado cual avanzadapresidencial, lo mismo ocurre antes de conocer al personaje central de esteescrito.

Mi visita o encuentro con don Pascual que no le gusta que lellamen brujo, quiromántico, curandero, chamán o astrólogo, ni nada que serelacione con ocultismo, más allá, oscurantismo, comunismo ni socialismo,estuvo precedida por la fama o buena pro de quienes les conocen personalmente oa través de las redes que son millones en todo el globo terráqueo y universal.

Su saber es inmenso! Casi inhumano! Don Pascualo puedecalcular sin lápiz o máquina a mano, el tiempo que tarda en llegar a Marte,Urano Neptuno o Plutón cualquier nave intergaláctica partiendo desde la Luna.

Es capaz –dicen- de lanzarse de un avión supersónico y caervivo y parado en el centro de un círculo previamente dibujado en una pistacualquiera, y sin uso de paracaídas.

Puede –sostienen algunos- deslizarse desde lo alto de unárbol de javilla totalmente desnudo sin que las espinas dañen su piel.

Le han visto – a don Pascualo – cruzar a nado la bahía ysalir vestido de traje y corbata sin señal alguna de estar mojado.

Sus más íntimos manifiestan, que se desayuna con leche de“maya haitiana” y –eso sí- un poco de estiércol de chiva blanca con una pintanegra en la frente.

Don Pascualo –por nada del mundo le diga nigromante – escapaz sin apuntes, sin lápiz, sin GPS, sin mapa alguno al frente, mencionar porsus nombres exactos, todos los países de Europa de antes, durante y después dela Segunda Guerra Mundial y hasta más allá de la guerra de Yugoeslavia sinfallar uno.

Sostienen los que le conocen, que también es capaz deconocer con exactitud la cantidad de hojas que caen de todos los árboles de latierra durante los días de Otoño.

Más todavía. Las distingue, clasifica y las llama por sunombre ya después de secas y quebradizas…sean de Fresno, Almendra, Álamo,Piñón, Fresno, Arce Rojo, Abedul, Caoba, Cedro, Ciprés, por igual de Nogal,Sauce, Palo de Brasil…y acierta en todas sin titubeos!

Sus más cercanos y científicos de muchas institucionesfamosas cuentan, que le han visto hacer llover sobre los desiertos de Kalahari,Gobi y el mismo Sahara, con relámpagos, truenos y rayos cuantas veces lo haquerido.

Llegamos a su morada. Una casa modesta y sencilla en la quetodavía se cuela café a la antigua.

Me luce muy fuerte para la edad que dicen tiene; 111 años.

Hablamos de todo. Filosofía, Ciencias, Religión, adelantoscientíficos, extraterrestres, sobre el futuro de la Humanidad y su despertar deconciencia.

Tratamos del hambre, las enfermedades y la muerte misma. Delos gobernantes y sus responsabilidades. Del bien y el mal y sus respectivospapeles en el crecimiento del ser humano.

Me habló de las estepas rusas, los inmigrantes europeos, dellento desarrollo de África, el acercamiento de los países latinoamericanos, elmagnetismo de los Polos, el cambio en los glaciares y el crecimiento de losmares con el peligro que esto representa…

Nos sirvieron chocolate caliente y entre sorbo y sorbo hizoun recuento de la sucesión de Budas en el mundo y el misterio para muchos, delos mundos paralelos.

Fueron 111 preguntas que me permitió formularle. Una porcada año. La número 15 –escribo un día 15 – fue sobre su parecer respecto a lasencuestas que hasta el momento se han dado a conocer en mi país.

Don Pascualo me miró fijamente. Se tomó un trago de laexquisita bebida. Lo saboreó tranquilamente. Cambió de posición en la silla. Serascó la barba como si la acariciara o peinara. Entonces me contestó con otrapregunta…¿Usted en Derecho conoce de Recurso de Amparo?