Presidentes de la República Dominicana 1844-2020 (I)

Ultima Actualización: jueves, 29 de junio de 2017. Por: juan ventura

General Pedro Santana Familias.

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Pedro Santana nació en el desaparecido poblado de Hincha, de la parte fronteriza del país, el 29 de junio de 1801, hijo de los señores: Pedro Santana (1) y Patrona Familias.

Tuvo dos hermanos, a saber: Ramón (1801—1844), que era gemelo con él y Florencio Santana Familias (1805—1818).

Pedro Santana, en su niñez solamente realizó sus estudios elementales para nociones de lectura y escritura. Fue un autodidacta.

Nos cuenta el connotado historiador Lic. Emilio Rodríguez Demorizi: “Mientras crecen y se hacen cada vez más espesas las nieblas del cautiverio haitiano—el cautiverio babilónico, como decía doña Ana de Osorio—los hijos de Pedro Santana y de Petrona Familias se dedican tesoneramente al trabajo. Ramón, en los afanes del comercio, en El Seibo. Pedro, en las rudas bregas del campo, en hatos y cortes de madera, después de haber pasado para la escuela seibana, con su arcaico sistema de que la letra con sangre entra, donde apenas aprende la lectura de corrido, las cuatro reglas, y la caligrafía rudimentaria, con su rúbrica escueta, reveladora del carácter, educación que la generalidad de los padres considera suficiente para un hombre de trabajo”. (2)

Posteriormente se convirtió en hatero en la ciudad de El Seibo. Llegó a poseer una gran cantidad de tierras y de cabezas de ganado y, así como también, cortes de madera en la región Este del país, en compañía de su hermano gemelo Ramón Santana, que las obtuvieron de herencia a la muerte de su padre. En sus predios tuvo trabajando a muchos trabajadores y campesinos que respondieron a sus directrices.

El biógrafo e historiador puertoplateño Rufino Martínez dice al respecto, lo siguiente: “La familia Santana se mudó al extremo oriental de la isla a principios del siglo XIX, y se radicó en el Seibo, donde los hermanos Pedro y Ramón, mediante labor dura, constante y honrada acrecentaron lo heredado del padre, manteniendo así una apreciable posición de hacendados, que les sirvió de base, por la rectitud del uno y el espíritu generoso y conciliar del otro, para merecer la confianza y respeto de primera autoridad moral en torno a la cual se mostraba dispuesto a agruparse el elemento nativo en la región, llegada la hora de romper el yugo opresor de los haitianos. ” (3)

Pedro Santana casó (4) en primeras nupcias con Micaela Antonia de Rivera (hija de Pedro de Rivera y Antonia de Soto), no procrearon hijos; se matrimonió en segundas nupcias con Ana Zorrilla, tampoco tuvieron hijos.

El tuvo varios hijos naturales reconocidos con diferentes mujeres. Con la señora Dominga de la Cruz Zorrilla, procreó tres hijos: Socorro, Gerardo y Juan José Santana de la Cruz; y con la señora Juana Abad Núñez, tuvo una hija: María de los Santos Santana Abad.

Ambos hermanos Pedro y Ramón Santana se involucraron y comprometieron con el movimiento revolucionario de Juan Pablo Duarte y Diez, para luchar en contra de la ocupación haitiana de 1822.

Los trinitarios, encabezados por Juan Pablo Duarte, Ramón Mella, Francisco del Rosario Sánchez, Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandrino Pina y otros tantos, pertenecientes a la sociedad secreta La Trinitaria, fueron perseguidos, desde la llegada el 12 de julio de 1843, del Jefe de Haití, Charles Hérard Riviere a la cabeza de su ejército, a la parte española de la Isla.

Los hermanos Pedro y Ramón Santana son obligados a venir a Santo Domingo por Riviere, donde se alojaba en la antigua casa de Borgella, frente a la Plaza de Armas. Tenían que asistir diariamente al Palacio.

Riviere dictó drásticas medidas contra los hermanos Santana, ejecutadas por el Comandante Brie, cuando éste se disponía llevarlo presos a las cárceles de Puerto Príncipe, Pedro y Ramón Santana lograron escaparse en Sabana Buey, cercanía de Baní, logrando esconderse en Los Médanos, en una propiedad de los esposos Luis Tejera y Rosa Pimentel. De allí pasan a Loma del Pinto, cercano del hato de El Prado, sitio de Anamá. Riviere ofreció una recompensa de doscientos gourdes por la delación de éstos.

Pedro Santana mantenía comunicación con los trinitarios de Santo Domingo, a través de Mella, Sánchez y Vicente Duarte, en ausencia de Duarte. Tomás Bobadilla también, estaba integrado al movimiento.

Bobadilla redactó el 16 de enero de 1844, el histórico documento de “Manifestación de los habitantes de la parte Este de la Isla”. (5) José Contreras fue comisionado para llevar a El Seibo dicho documento a los hermanos Pedro y Ramón Santana. Aparece firmado por Pedro Santana.

El 27 de Febrero de 1844, Mella dispara el trabucazo en la Puerta de la Misericordia, de Santo Domingo, con la presencia, además de Sánchez, Vicente Duarte, Bobadilla, los hermanos Gavino, Eusebio y José Joaquín Puello, Remigio Castillo, Cayetano Rodríguez, Manuel Jimenes, los hermanos Jacinto, Tomás y Wenceslao de la Conchas y otros tantos comprometidos. De ahí se trasladaron al antiguo Baluarte de San Genaro, la Puerta de El Conde, donde proclaman la República. Dios, Patria y Libertad. Sánchez enarbola la bandera azul y rojo. Duarte, Pina y Pérez, estuvieron ausentes en la puerta de El Conde, por estar en el exilio debido a la persecución.

Pedro y Ramón Santana lograron congregar más de 1000 personas y asaltaron la Comandancia de Armas de El Seibo, en La Maestranza y a su comandante jefe, general Félix Richiez lo hacen preso.

En Santo Domingo los trinitarios formaron una Junta Central Gubernativa, encabezada por Francisco del Rosario Sánchez. Dicha Junta envió a El Seibo a Remigio del Castillo para comunicarles a los hermanos Pedro y Ramón Santana de sus nombramientos de Coronel y Teniente Coronel, respectivamente. Pedro Santana había sido reconocido como General en Jefe.

Los hermanos Santana y sus hombres, soldados de otro Sánchez Ramírez, se dirigen a Santo Domingo y allí fueron recibidos con júbilos y algarabías.

La Junta designó a Pedro Santana el 7 de marzo de 1844 como Jefe de la Armada Expedicionaria de la Frontera del Sur. Su secretario particular lo fue Lorenzo Santamaría.

En las cuatro campañas de 1844 hasta el 1856, Pedro Santana se distinguió. El Dr. Vetilio Alfau Durán ha dicho: “…Pero sus dos hazañas más altas son la Batalla del 19 de Marzo de 1844 en Azua, y la de Las Carreras el 21 de Abril de 1849”. (6)

Duarte regresó al país y se puso a la disposición de la Junta Central Gubernativa y fue enviado al Sur junto a Pedro Santana. Entre ambos hubo disgusto.

Los trinitarios y los conservadores bajo el mando de Tomás Bobadilla entraron en contradicción. Los últimos se impusieron ante la Junta.

El 3 de julio de 1844, Santana pasa a presidir la Junta, impulsó desde ésta medidas draconianas.

Notas

  1. De acuerdo con Rufino Martínez éste fue: “…conocido por su actuación en la raya fronteriza con motivo de los sucesos del año 1793, siendo entonces Teniente de Compañía de Urbanos; el terrible comandante de la Reconquista, que en Palo Hincado le cortó la cabeza al cadáver del general Francés Luis Ferrand, y entró más tarde en la ciudad de Santo Domingo tras un largo y cruento asedio, quizás no se había extinguido; su espíritu se prolongaba en el hijo Pedro para completar un ciclo evolutivo”. (Diccionario biográfico—histórico dominicano. 1821—1930. Santo Domingo. Editora Universitaria, 1971, página 456).
  2. El general Pedro Santana, segunda edición. Santo Domingo, Editora Corripio, 1982, página 19.

  3. Obra citada de Rufino Martínez, pág. 456.

  4. Era viuda del Capitán de Milicias Miguel Febles Ballenilla, quien estuvo en las huestes de Juan Sánchez Ramírez, y procrearon una hija Floriana Febles de Rivera, ésta años después casó con su hermano gemelo Ramón Santana Familias. Dice Emilio Rodríguez Demorizi: “Después, Floriana Febles se gana el amor de Ramón Santana y madre e hija forman con ambos hermanos el más estrecho consorcio de corazones”. El general Pedro Santana. Santo Domingo, Editora Corripio, 1982, página 24.

  5. El Lic. Emilio Rodríguez Demorizi dice lo siguiente: “La redacción del célebre documento fue obra del sagaz político don Tomás Bobadilla y Briones, como lo afirmó él mismo en memorable sesión del Tribunado en 1847.” Ver Vetilio Alfau Durán. Apuntaciones en torno al 27 de Febrero de 1844. contenido en Vetilio Alfau Durán en Clío. Escritos (II). Compiladores Arístides Incháustigui y Blanca Delgado Malagón. Santo Domingo, Editora Corripio, C. por A., 1994, página 251.

  6. Obra citada, página 276.