En los vericuetos de mi memoria resuenan las órdenes del maestro José Briseño (Viejo Boy), cuando en las prácticas del Atletismo de entonces, ordenaba: En sus marcas…listos…!Fuera!
Todos salíamos raudos, veloces. No todos alcanzaban la victoria. De llegar sí. Hasta se cruzaba la meta en 8vo y décimo lugar, dependiendo cantidad de corredores.
En el campo de nuestra política partidista y arrabalera, el disparo de arranque para la carrera hacia las elecciones municipales, ya se hizo.
Guaguas, trenes, camiones y rodillos, viajan hacia la meta de febrero. Durante ese trayecto-tiempo, pueden suceder muchas cosas.
Desgaste y pinche de gomas. Fallo electromecánico en la unidad que marcha. Descarrilamiento o choque. Pare por falta de combustible. Enfermedad o locura de quien maneja. Pérdida de rumbo. Se apean o desmontan los pasajeros y se pasan a otra unidad cercana. Poco entusiasmo al viajar y ausencia de pasajeros que deseen subir. Se adolece de personal técnico capacitado para solucionar averías y reponer piezas dañadas o desgastadas.
Si la expectativa es llegar y cruzar la meta de primero y con el mayor número de pasajeros, lo importante es tratarlos y convencerlos de que el viaje más allá de la meta y como es tan solo municipal, dejará desarrollo, equilibrio, saneamiento, ordenamiento vial, uso correcto de los recursos públicos, y un verdadero acercamiento para solución, en los municipios y Distritos.
Además, en esa carrera, aunque el tren, rodillo, guagua o camión sea de la mejor marca y gran tamaño, no minimice o desdeñe, al que corre a su lado, detrás o delante. Ni al que conduce o maneja, ni a los pasajeros.
Porque, ¡Quién sabe si se desmonta de donde viaja y se sube a tu unidad! ¡Puede ser, que tú mismo te desmontes y subas a ser parte de aquellos de quien hiciste burlas o críticas inventadas!
Aunque se afirma que en la práctica de la política nuestra es común ser “jablador”, fabulador y anunciante de situaciones para provocar rupturas de viejas amistades, expertos en trapisondas y en colocar obstáculos en vías y rieles, recordar, tener presente, que la carrera termina.
Luego juntos nos quedamos saboreando victorias y sollozando derrotas, aunque con marcas imborrables y heridas que no sanan nunca.
Buen viaje.