Los Vientos que llegarán

Ultima Actualización: viernes, 31 de julio de 2020. Por: Ramiro Francisco

Por: Ramiro Francisco

Durante la pasada campaña electoral municipal, fueron muchos los vehículos que determinados candidatos utilizaron para promocionar sus candidaturas, en los que el alto volumen era parte obligada para mantener en vilo sobre todo a nuestros llamados sectores barriales.

Vehículos que no solo por su tamaño, sino por la altísima potencia de su volumen, son también conocidos en la jerga popular como “tumba cocos”.

Los vientos huracanados de la última tormenta que acaba de azotarnos han dejado tras su paso, viviendas destruidas, techos que volaron y árboles arrancados en gran parte de nuestro territorio nacional.

Estos vientos, en nada tienen que ver, ni siquiera se parecen, a la clásica novela de Margaret Mitche,l Lo que el Viento se Llevó, que escribiera en el 1936, llevada al cine y estrenada el 15 de Diciembre de 1939.

Pero se trata de vientos. Y los vientos traen y se llevan. Vientos tendremos siempre. Porque, así como somos un país en el mismo trayecto del Sol, como expresara Don Pedro Mir, en su clásico poema Hay un País en el mundo, estamos por igual, en el camino de los huracanes.

En el viejo periodismo (no digital) solía preguntarse “¿Qué “vientos” tenemos hoy?” Como si se dijera, ¿Qué nuevas tenemos hoy? ¿Qué nuevas noticias hay? ¿Qué vientos llegaron?

Como nos creemos de la vieja escuela, a esos vientos se refiere nuestro titulo para estas cuartillas.

Vendrán vientos, tal vez ventarrones con lo de Odebrech, que volverá a la palestra pública y ocupar algunos espacios en los diarios impresos y digitales en nuestro país, en la tercera semana de Septiembre.

Vendrán vientos, tal vez ventarrones en las investigaciones a ex funcionarios para investigar origen de sus exhibidas fortunas.

Vendrán vientos, tal vez ventarrones en el conocimiento de declaraciones juradas de funcionarios que se van y los que llegaran a ocupar diferentes funciones en el Estado.

Soplarán vientos contra muchos que calificarán los mismos de “persecución política” al sentir el movimiento de sus cabelleras.

Soplarán vientos que permitirán investigación plena, libre y creíble sobre el nuevo aeropuerto en el Este, compras, plan de asfaltado, ascensos militares así como reformas reales y transparentes en el poder judicial.

Soplarán vientos, para remover obstáculos que han impedido por muchos años un real crecimiento y desarrollo en la República Dominicana.

Si los vientos que vendrán hacen mover las aspas gigantes de generadores, estos darán luz y poder a las autoridades para ejecutar acciones a favor de una país digno de mejor suerte.