La prisa, prontitud o rapidez, solo es buena en las carreras de atletismo. Sobre todo en esas rápidas de 100 o 200 metros planos.
Siendo mozalbete, practicamos atletismo y nos inclinamos por las carreras rápidas. En béisbol, hacíamos gala de nuestra rapidez.
No siempre la prisa es buena. Le toma la hora de salida por el aeropuerto, y usted va a prisa, acelerado en carretera…ocurre un accidente y pierde el vuelo…
Tiene que llegar al trabajo o llevar los niños a la escuela o colegio…la hora avanza, el tránsito lento, entaponamiento de vehículos, la urgencia…la prisa hace violar semáforos en rojo, no respetar reglas…ocurre el accidente y no llega a destino.
La prisa hace, lleva, conduce a instrumentar expedientes contra acusados de violentar la Ley, que luego deben ser puestos en libertad, ya porque se violaron derechos, por no haber repasado detenidamente el expediente para corregir, añadir o suprimir algo. Son los llamados expedientes vacíos, ligeros, superfluos.
Nos agrada leer, que el presidente del Tribunal Constitucional, magistrado Milton Ray Guevara, aconseja a todos los legisladores que formarán el congreso a instalarse el venidero 16 de agosto, a no legislar “a vapor”, es decir a prisa. Y que “no sacrifiquen la calidad por la cantidad” El Caribe.
Cualquiera que anda en vehículo por carretera, está sujeto a sufrir algún accidente. La prisa, generalmente es la gran provocadora de los mismos.
Ahora cuando iniciamos a reclamar que no haya borrón y cuenta nueva, tenemos necesariamente que añadir…tampoco prisa. La sensatez y sabiduría requieren tiempo. Tiempo prudente.