Los que tenemos la suerte de escribir en las redes, periódicos impresos y digitales, debemos estar conscientes, que a veces, una parte de nuestro escrito, será tal vez citado por alguien.
Una frase, una idea plasmada, saldrá a relucir, para bien o para mal, citando nuestros nombres.
!Qué bien!
Lo dañino y vergonzoso es –creemos- atribuirse para sí, algún escrito sin haberlo hecho. Quitar el nombre del autor e intercalar el nuestro. Eso es plagio.
Es muy fácil, leer en un periódico o revista, un buen artículo sobre Filosofía, Ciencias, Economía, Política, Deporte o Religión y luego publicar el mismo con nuestro nombre en la red, o lo enviamos, a un periódico digital o impreso habiendo quitado el nombre del autor y la fuente donde fue publicado.
¡Y ahí aparece! Un buen titular –a veces se deja el original- y el nombre del que plagia, creciendo el ego del plagiador.
Se recuerda, que Otro tipo de plagio es “la falsa autoría”. Se refiere a un tipo de plagio que se presenta cuando se incluye el nombre de una persona como el autor de un artículo, o de cualquier otro texto, sin que esa persona de la que se hace mención haya hecho contribución alguna en la realización del texto.
El plagio en el contexto del derecho de autor - SciELO México
No todos, podemos escribir artículos digamos, de Economía, Ciberseguridad, Diplomacia, Comercio Mundial, Ciencias…menos, sin haber siquiera mostrado interés alguno en estudiar sobre lo mencionado.
No todos los buzos, alcanzan profundidades extremas, aún con sus tanques de oxígeno…
El respeto y aplicación de la ética, al publicar un trabajo, es dejar el texto íntegro con el nombre de su autor, y si posible, mencionar el nombre de la fuente.
Mediante el estudio y trabajo constante, podemos realizar grandes proyectos. No sigamos incurriendo en el error de plagiar trabajos ajenos.