LA FAMILIA ROTA; PARA TI, ABOGADO

Ultima Actualización: domingo, 04 de diciembre de 2011. Por: Luis Henriquez Canela

Si no se extirpa de raíz la política de los gremios, sus miembros han de sufrir las consecuencias tal y como está sucediendo.

Se despertó sudoroso, asustado. Eran apenas las tres de la madrugada y tenia escasas horas recostado. El abogado había tenido una horripilante pesadilla. Soñaba que su familia de cuatro miembros se había dividido. Su esposa y su hijo varón se encontraban de un lado, mientras que él y la niña se encontraban del otro. Aunque vivían bajo el mismo techo, la convivencia era un caos. Constantemente, en vez de luchar por metas comunes, en vez  de concentrar sus fuerzas hacia un objetivo particular, se deshacían en discusiones vanas, frívolas e insustanciales. La familia misma, como entidad donde se forjan los ciudadanos, estaba desecha. 

 

Así las cosas, una nimiedad podía dar comienzo a una discusión que duraría días.  El dejar, por ejemplo, unos zapatos en medio de la sala, haría que la esposa recriminara de manera inclemente a su marido. Durar más tiempo del debido en el baño generaba un exagerado estado de angustia por parte del miembro que esperaba fuera. Las cortinas de colores estereotipados recién compradas por la esposa para adornar la sala, eran motivo de burla por parte del esposo y su hija. Eran, aparentemente, diferencias insalvables. 

 

Los años de constantes discusiones surtieron su efecto en la mentalidad de los niños. Nunca pudieron formar familias funcionales. Nunca fueron capaces de conciliar diferencias, ni siquiera en sus trabajos. Y así, se forjó una sociedad matizada por la anarquía, movida por intereses individuales, carente de sentido del progreso, sin metas; sin futuro.

 

Esa era el sueño que el abogado había tenido, por eso sudaba, por eso se despertó extasiado,  con el corazón palpitándole precipitadamente.

 

Cuando se despierta de una pesadilla, en el primer momento se siente una especie de desazón, un tormento indescifrable que ataca al ser interior, pero al poco tiempo, segundos después, la sensatez vuelve a  y los latidos se normalizan.  Es el momento de razonar, para estar conscientes de que todo era una alucinación. En ese instante, el abogado recordó, no sin dolor, que en el día anterior había estado ejerciendo su derecho al voto para la escogencia del Secretario General del Colegio Dominicano de Abogados Seccional de Puerto Plata y lo que vio allí fue la misma división que lo atormentó durante el sueño. Lo que vio allí, fue la misma podredumbre con la que soñó, la misma situación de estancamiento producida por una división perniciosa que en nada beneficia a los miembros. 

 

Si no se extirpa de raíz la política de los gremios, sus miembros han de sufrir las consecuencias tal y como está sucediendo.