PUERTO PLATA.- A juicio de numerosos sociólogos y ciudadanoscomunes, la muerte de una ciudadana belga durante un asalto a su apartamentodel complejo habitacional y turístico de Costámbar en esta ciudad de PuertoPlata, representa un sonoro aviso sobre la dimensión de la criminalidad y ladelincuencia en nuestro país.

Se comprende que la violencia no se magnifique para noafectar el turismo que es una industria que ha sido el principal soporte de laeconomía, pero tampoco se puede minimizar la gran cantidad de hechos vandálicosy crímenes como el de la señora Marina Henrietta Belmuls de 71 años de edad,quien al ser pensionada en su país, vino de retirada a vivir en este paraísotropical.

La ciudadana belga que llevaba varios años residiendo ennuestro país, fue asesinada a cuchilladas durante un presunto asalto a suapartamento en el cual también resulto herido el nacional alemán MaickSchneider de 58 años de edad, quien acudió a auxiliar a la dama cuando fueatacada por el homicida que aún se ignora su identidad, tal como lo reseña enla sección “Primera Fila” el periódico vespertino El Nacional.

Como es de entenderse, es obvio que el pánico se hainstalado en el complejo habitacional y turístico de Costámbar donde residenvarios extranjeros en su gran mayoría europeos y es que ese trágico hecho envíaun mensaje perturbador y de temor para el turismo y a todos los extranjeros queviven en la República Dominicana, aunque éstas afirmaciones “causen enojos ybembitas y fruncimiento del seño a muchos”.

Ante dicha situación, ya es hora de que las autoridadesgubernamentales le presten mayor atención a ese suceso trágico y se adoptenmedidas concretas que se ameritan con urgencia dejando de lado lasfrancachelas, aparatajes y figureos en los medios de prensa ya que en losmomentos actuales no ha nada que conspire tanto contra el turismo como es lainseguridad y la violencia.