Sabemos, que la simple elección de una persona para que represente a…para que hable en…o para que su
nombre sea colocado a una calle, una Sala, un edificio, una escuela o un
Teatro, constituye, se convierte en un gran reto.
Más, cuando los candidatos son todos súper buenos al
descollar ampliamente cada quién, en sus respectivos campos o áreas donde la
vida misma les ha permitido ofrecer sus talentos y habilidades.
Luego de una elección de esa naturaleza, habrá sus quejas.
Uno lo entiende. Cuando Don José Briceño y sus asesores, escogieron el equipo
de 4 x 100 que representaría a Puerto Plata en los Primeros Juegos Deportivos
Nacionales allá por el 1969, no hubo tanto “cuchicheo”.
Niní Suero (La Arigua), Sergio González, un joven que solo
recordamos como “Tres Patines” y quien escribe, conformamos ese equipo. Un “ven
tu” como cuando se selecciona una agrupación musical.
En el caso del “equipo” postulado para que el nombre de uno
de ellos sea el que lleve el anfiteatro. Son todos muy buenos y merecedores de
tal distinción.
Se han dado a conocer estos nombres : Eduardo Brito, Camilo Carrau, Juan Llibre,
Juan Lockward y Rafael Solano.
Pocos puertoplateños hemos dado a conocer nuestra
preferencia sobre el particular.
Los propuestos, todos puertoplateños de pura cepa y
merecedores de tal distinción.
Quién que haya nacido en estos lares y cargue 40 o más años
de existencia desconoce el aporte que cada uno de ellos ha legado en las
diferentes facetas del arte en el que vivieron y aún viven?
Su historia está ahí. No hay que rebuscar mucho. Son filones
de oro, al alcance de todos.
Todos los propuestos, merecen que su nombre permanezca por
siempre ante el frescor de la yodada brisa del atlántico.
A este mortal le gustaría que el nombre del Anfiteatro, sea
Rafael Solano.