Sirenas, Tiempo y Tránsito

Ultima Actualización: miércoles, 27 de julio de 2016. Por: Ramiro Francisco

Que una imprudencia nuestra sea motivo para que una persona no llegue a tiempo a recibir atención médica es demasiado condenable.

Hemos sido testigos. Tal vez usted también podrá decir lomismo, de haber visto la desfachatez de cómo algunos conductores en esta ciudadcontinúan como si tal cosa  (sin moversea la derecha del carril o detenerse) ante la presencia de una ambulancia y elulular de su sirena, pasando lo mismo cuando se trata de un vehículo de losBomberos.

Vivimos en una zona de alto tránsito y una ruta directa alhospital Ricardo Limardo, por lo que son muchos los “show” de esa naturalezaque uno suele observar.

Uno mismo como conductor, ignora o desconoce, que unaimprudencia de esa naturaleza al obstaculizar el recorrido de uno de esosvehículos que salvan vidas y propiedades, podemos poner en peligro la vida deun familiar que en esos momentos ¡Oh ironía de la vida! Esté siendo trasladadopor una emergencia médica.

Sabemos que por mucho que esto pueda leerse y gozar de laaprobación de quienes lo hagan, no basta si todos continuamos haciendo lomismo.

De nada vale que en los mismos sindicatos y organizacionesse hable de esa mala práctica cuando nosotros mismos no elevamos conciencia deser mejores ciudadanos con esa pequeña e importante acción.

Ahora, tienen los agentes de la Autoridad Metropolitanade Transporte AMET, que ser un poco más diligentes debido a que muchosvehículos que no son ambulancias ni de Bomberos, tienen sirenas semejantes alos vehículos de estas instituciones.

Tal situación, irrita a no pocos conductores cuando frente aun entaponamiento del tránsito por cualquier causa, alguien que no le gustahacer fila hace sonar SU sirena para que le abran paso…y de ahí la apatía luegoa obedecer cuando se escucha un “sirenazo” y no está a la vista un vehículo conlos claros distintivos de las instituciones de socorro.

Desconocemos qué tan difícil es para las autoridadesincautar esas sirenas en vehículos que nada tienen que ver con Cruz Roja, otroscentros de salud privados, o de los Bomberos.

Por igual, si esas sirenas las venden en cualquier lugar derepuestos. Porque en campañas políticas quien menos usted cree, tiene una deellas instalada en su vehículo.

Por ahora, solo eso. Que una imprudencia nuestra sea motivopara que una persona no llegue a tiempo a recibir atención médica es demasiadocondenable. Más, cuando luego usted puede enterarse que esa persona que“falleció camino al hospital o la clínica porque no llegó a tiempo” era supropia madre, o padre o su hijo o un hermano o hermana de usted.