Noviembre es el mes del año en que más días se dedican a la representatividad de fechas importantes y memorables, en este artículo me enfocaré en el rol que debe desempeñar la familia en la sociedad.
Este "núcleo central" de la sociedad que aunque se han ido reconociendo otras modalidades debería estar integrada por el padre, la madre e hijos, está llamado a entregar al colectivo hombres y mujeres de bien; dedicados a fomentar el bienestar común a través del crecimiento y el desarrollo de su entorno.
Desafortunadamente ese concepto en la actualidad dista mucho de la realidad, por lo que a diario recogemos frutos muy amargos y desagradables.
Las distorsiones en la familia son las que han permitido que a través del tiempo en lugar de tener funcionarios ejecutando proyectos y planificando otros en beneficio de sus representados, un alto porcentaje de ellos han dedicado su ingenio a pensar cómo enriquecerse de forma ilícita y fácil; legisladores que en lugar de legislar en beneficio de la mayoría lo hacen en favor de los suyos y de ellos mismos; un número considerable de quienes deben imponer el orden y la justicia implantan el desorden y la injusticia; en parte los responsables de controlar: el daño a la naturaleza, tráfico de personas, de drogas, blanqueo de bienes, promoción del proxenetismo se hacen parte de ellos; número importante de algunos que se hacen llamar "empresarios" se prestan a este juego desleal en contra de la sociedad.
Seguro estoy de que hasta que continúe el desorden que esos grupos promueven vía algunos miembros de las familias, seguiremos sufriendo el malestar que hasta hoy nos ha venido golpeando a todos.
Aunque tengo un amigo y hermano que siempre me reprocha por decir que el mal se inicia en la familia y no en la sociedad, debo reiterar que esta está integrada por los miembros de la primera; por lo que recibe lo que ellos traen.
Jamás debemos perder de vista que si soñamos con una sociedad diferente, la familia tiene que retornar a la educación en valores, así tendremos en las aulas verdaderos formadores.
No podremos tener tranquilidad si ese núcleo tan especial desde el inicio de la humanidad, que es la familia, no es transformado para el bien y la tranquilidad de todos.
Un punto determinante para lograr ese objetivo debe ser orientar y conscienciar a los Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes del compromiso que contraen al decidir formar su propio hogar.
Corresponde al Estado, acompañado de los cabezas de los hogares y las instituciones responsables del seguimiento, protección, organización y transformación de la familia, emprender esa loable tarea pendiente; de esta manera algún día diremos que tenemos el entorno que merecemos para que los nuestros vivan en paz.
Como está la familia así anda la sociedad!