AMET: “EL CAOS”

Ultima Actualización: sábado, 21 de mayo de 2011. Por: Luis Henriquez Canela

Lejos están aquellos años en los que el padrinazgo perdió su importancia ya que era imposible pensar en llamar a nadie para que un agente de Amet le perdonara la violación de la luz de un semáforo, la conducción sin cinturón o el incumplimiento a cualquier otra ley de tránsito.

Como todo en este país, lo que se vislumbraba como una nueva era para el cumplimiento de las leyes de tránsito, con el tiempo vino a degenerar en una anarquía, un desbarajuste, un desconcierto.

 

Lejos están aquellos años en los que el padrinazgo perdió su importancia ya que era imposible pensar en llamar a nadie para que un agente de Amet le perdonara la violación de la luz de un semáforo, la conducción sin cinturón o el incumplimiento a cualquier otra ley de tránsito.

 

Está lejos ese tiempo en el que era casi imposible que un hijo de mami y papi, el sobrino del general, la querida del coronel; con una llamada telefónica pudiera escurrirse de la multa. ¡Qué tiempos aquellos!  En el aeropuerto nadie te pedía nada ni en ninguna institución.

 

La esperanza florecía  por doquier. El dominicano pensó que se acabarían los atropellos, vendría el orden y con él; el progreso.

 

Hoy cuando veo los empleados de Amet haciendo redadas, claro, sólo a los motoristas que no llevan casco, siento pena, una pena profunda e indescriptible que busca una razón lógica de por qué una institución concebida para imponer el orden en el tránsito, un organismo que desde su nacimiento fue ejemplo de respeto, cumplimiento, buen desempeño; vino a degenerar en un garabato de entidad; se deshizo, como casi todo lo público en este país donde nadie respeta nada,  ni se valora ni dura nada.

 

Usted sale y ve que la cantidad de vehículos sin luces, pasando en rojo los semáforos, conduciendo en vía contraria, deteniéndose en lugares prohibidos, a altas velocidades, es realmente increíble.

 

Mientras los “agentes” de Amet fungen como escolta a políticos, la ciudadanía, que es la que la paga, anda indefensa.

 

No sé si será que no he buscado la persona correcta que me explique lo de las redadas a los motoristas sin casco, pero lo cierto es que no entiendo para nada eso. Si bien es cierto que esa práctica ha permitido limpiar las calles de chatarras, convirtiéndose en una actividad profiláctica en todos los sentidos, también es cierto que el papel que está desempeñando ese cuerpo, dista mucho de las razones que le dieron origen.

 

A pesar de que la Ley 393-97, que es la que regula el organismo, dice en su primer considerando: “Que el transporte se ha ido convirtiendo cada día en un problema de carácter social, económico y ecológico, para todos los sectores que conforman el conglomerado nacional”, no vemos mejoría. O al menos la mejoría que se vio al principio se diluyó. 

 

Es pobre su accionar. Si de recaudar recursos se trata,  como muchos dicen es el motivo de las redadas por cascos, creo que imponiendo multas por violación a los semáforos y por otras tantas transgresiones a la ley de tránsito, la recaudación seria mayúscula y los resultados para el “conglomerado nacional” serian más evidentes que estar deteniendo a simples motoristas.  

 

Las multas representan una parte importante de los ingresos en las grandes ciudades, además, contribuyen al orden y el respeto.

 

Amet debe volver a sus orígenes, a sus principios. Es infortunado, insuficiente y hasta insípido el rol que juega en la actualidad.