Víctor Estrella la gran estrella

Ultima Actualización: martes, 21 de octubre de 2014. Por: Luis Henriquez Canela

La edad es solamente un número, que todo está en la cabeza y es como tú te sientas.

Luis H. Canela 
 
El otro día le comentaba al profesor  Adalberto Guerrero sobre lo que le preguntó Alejandra Oraa, afamada periodista de CNN,  a nuestro tenista Víctor Estrella Burgos con relación a la edad. Le preguntaba ella que si no le molestaba cuando al referirse a él, todos hablaban de sus años.  Le respondió que la edad es solamente un número, que todo está en la cabeza y es como tú te sientas. 
 
Una respuesta rápida y certera para desinflar una pregunta raramente bien recibida. 
 
Víctor, con 34 años (2 de agosto de 1980), se encuentra en la cúspide de una carrera que si bien le ha dado mucha satisfacción, también le ha deparado una cantera de momentos frustrantes. Infinidad de reveses por no poder participar en torneos importantes debido a la falta de dinero para sus gastos. Sus patrocinadores llegaron a la hora buena, justamente cuando estaba servido el caldo. Ya es famoso, ahora hay que apoyarlo. Esas son las cosas de mi país. 
 
Normalmente a la edad de 34 años, los jugadores de tenis y de otros deportes, han agotado sus fuerzas, sus deseos, han convertido sus sueños en realidad o en naufragios y deciden irse por la puerta grande, mediana o pequeña, según les haya ido. 
 
El caso de Víctor es de análisis. Un jugador pobre que lucha, lucha y lucha. Solo, sin ayuda, logra escalar la cima y conseguir llegar a la tercera ronda del US Open, uno de los torneos más prestigiosos del mundo. Pero más aun, colocarse en el número 65 del Ranking mundial, cuando apenas hace dos años estaba por encima de los 400. Con 34 años y sin que haya un precedente en su país. 
 
Esos logros representan solamente la punta del iceberg. Con su éxito, Víctor ha despertado del sueño eterno y la imposibilidad a todos los tenistas dominicanos y los de muchos países latinoamericanos. No es solamente Víctor que está ganando partidos, fama, notoriedad, gloria; ha ganado América Latina, han ganado los pobres, lo boleritos, los cancheros y los soñadores. 
 
La grandeza de Víctor radica, principalmente, en que ha roto la infranqueable barreta mental de los jugadores dominicanos y muchos latinoamericanos. Detrás de él viene una cantera de nuevos jugadores que no van a tener que luchar con barricadas imaginarias, ni con convencionalismos, ni con los odiosos muros que históricamente han detenido a los nacidos en estas tierras de Dios. El temor se ha ido.  Ha llegado el momento de luchar de igual a igual. Ya se puede. Víctor pudo. 
 
Queda en manos de las autoridades asignar recursos suficientes para que ese impulso, esa locura tenística que ha despertado Victor, se mantenga en el tiempo y se puedan cosechar sus frutos a mediano plazo. 
 
Pasará a la historia como uno que le ganó a la desesperanza y, así como dijo en la entrevista que la edad es un estado mental, que es sólo un número, para nosotros Víctor es el número uno del mundo, no solamente por sus logros deportivos, sino por su sencillez y su trato afable para con todos. 
 
Si por su edad se retira mañana o pasado o el año que viene o dentro de diez años, que lo haga, porque la semilla del éxito ya la sembró. Sus logros hablan por él y será por muchos años.