El banco anunció con bombos y platillos la colocación de casi dos mil millones de pesos en préstamos para la compra de vehículos nuevos. La feria de vehículos fue todo un éxito.Las ferias de vehículos, todas, son éxitos de colocación por cuanto aumentan la cartera de préstamos de las instituciones financieras en varios puntos porcentuales en solo un fin de semana.  ¿A qué precio? Al precio de la degradación en las condiciones de vida de las futuras generaciones.

Mientras los banqueros anuncian ganancias nunca antes vistas, el país se llena de vehículos que consumen combustibles y piezas, todo importado.  El petróleo continua subiendo y el consumo también. Nuestras exportaciones se debilitan, el turismo se rezaga, las remesas disminuyen; la balanza de pagos muestra diferencias considerables entre lo que se exporta y se importa.

¿A quién le importa la balanza de pagos? ¿A quién le importan esos números vacios que no dicen nada? A nadie.

Mientras el Gobierno del Estado continúe otorgando a la importación de vehículos la responsabilidad de gran parte de sus ingresos sin promover los sectores productivos, el panorama estará cada vez más sombrío. Un ejemplo; ¿por qué tuvimos que importar azúcar? ¿Por qué tenemos que importar leche?

Es que hemos llegado a un estado de deterioro tal, que no somos capaces de solventar nuestras propias necesidades.  Nuestros nietos pagarán las consecuencias de esta feria permanente de derroche sin planificación.