Hay preguntas que nos dejan pasmados. Esa, la del título, es una de ellas. Nos pasamos la vida soñando, anhelando, planeando, estudiando y trabajando para obtener esas cosas que queremos.
Muchas veces los dones se nos manifiestan de diversas maneras. No tenemos el carro que soñamos o la casa, o cualquier cosa material, pero tenemos salud y paz interior.
El asunto es que siempre estamos insatisfechos. Olvidamos que lo que tenemos no ha venido por azar, sino por puro estudio, trabajo, paciencia, restricciones, noes a la complacencia del momento.
¿Recuerdas cuando querías lo que tienes hoy? No, no lo recuerdo. ¿Por qué? Porque no soy agradecido, porque poco a poco he olvidado el gran esfuerzo que tuve que hacer para conseguirlo y porque lo encuentro poco.
La naturaleza del ser; insatisfacción permanente. Mientras que esa misma insatisfacción nos conduce a la infelicidad, el agradecimiento, por el contrario, nos conduce a un estado de conciliación plena con nuestro propio ser.
El agradecimiento nos concilia con la vida, nos ajusta y nos hace ser mejores personas. Seamos más agradecidos para ser más felices.
(Nota: El título de este artículo se lo debo a un twitt que leí del señor Luis Pelletier, a quien no tengo el gusto de conocer, pero me inspiró y aquí el resultado)